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Pandemia agudiza las carencias de menores

La niñez es ajena a las políticas públicas y padece descuido presupuestal, advirten organizaciones; llaman a incrementos monetarios a programas sociales dirigidos a ese sector
  • Por Redacción

Las niñas, niñas, niños y adolescentes en México se han convertido en el sector más afectado por la pandemia y su situación se agrava con la ausencia de políticas y recursos para atender sus necesidades y problemas, señalaron organizaciones sociales, gubernamentales e internacionales.

Durante el foro “Construyendo un presupuesto para la niñez y adolescencia”, organizado en la Cámara de Diputados, diversos sectores apuntaron las afectaciones en materia de salud, educación y violencia en las que la infancia quedó sumida y para lo cual propusieron incrementos monetarios a programas que ayuden a subsanar los daños.

María Constanza Tort, encargada del despacho de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), mencionó que la emergencia sanitaria agudizó las carencias de este grupo que, aunque no enfrentó los mayores riesgos de salud, se convirtió en el “que ha sufrido las mayores consecuencias adversas, no solamente lo que ya sufre, sino lo que sufrirá en el futuro”.

Además del retroceso académico por el cierre de las escuelas, dijo que esto detonó los índices de trabajo infantil, reclutamiento por parte del crimen organizado y los niveles de ansiedad y demás trastornos.

Arianna González, oficial de Política Social en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), expuso que en el paquete económico del 2023 para México se observan incrementos en términos absolutos en programas de atención a menores, pero que, al considerar los índices de inflación, lo que se observa en realidad son incrementos negativos.

Según el análisis, México destinará cerca de 2.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) estimado para el siguiente año a la educación, lo que, dijo, “está muy lejos” del ocho por ciento que indica la ley.

Advirtió que, si no se consideran los elevados índices inflacionarios, se corre el riesgo de que el aumento en apoyos, como las becas, no sea significativo o que el poder adquisitivo de los beneficiarios se reduzca.

En salud para la infancia, destacó que mientras el presupuesto para el sector general crece cuatro por ciento, el destinado específicamente a la niñez “se queda atrás”, con un recorte de cuatro por ciento.

Catalina Gómez, jefa de Política Social de Unicef, resaltó la falta de presupuesto en programas para atender a niños con discapacidad y los recortes a la prevención y control de la obesidad y diabetes, por lo que llamó a evitar recortes en inversiones prioritarias, mejorar la planeación presupuestal y precisar la información del destino de los recursos.

Georgina Ibáñez, de la fundación Quinta Carmelita, abundó sobre los menores que viven sin cuidados familiares en el país, cuya cifra se estima en 412 mil 456, respecto de la cual “seguramente” hay un subregistro, pues no considera a quienes viven en situación de calle o migración.

Otros expertos y organizaciones expusieron las necesidades para atender a menores refugiados en México y luchar contra el aumento del trabajo y abandono infantil, así como los pendientes para garantizar la salud de pacientes oncológicos.

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