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No somos el grinch, pero... ¿por qué ponemos árbol de Navidad?

Un momento especial que en la mayoría de las ocasiones une a la familia, es cuestionado por su origen... ¿Cuál es?
  • Por Redacción

Ya tienes las luces, ya fuiste a Chignahuapan por tus esferas, ya también tienes la estrella que colocarás en la punta del árbol. Incluso te adelantaste y aprovechaste las ofertas de éste Buen Fin para comprar el pino artificial, sin embargo, hay algo que te cuestionas... ¿Por qué ponemos árbol de Navidad en casa?

Aunque al principio se cuestionaba que era una práctica poco ética el tener que talar un árbol para adornarlo y después tirarlo a la basura, esta costumbre que simbolizaba la adoración a un Dios, se fue volviendo algo recurrente en estas fechas.

Se dice que cuando los primeros cristianos llegaron al territorio norte de Europa, encontraron una celebración que se realizaba en honor al nacimiento de Frey, el dios del Sol y la fertilidad. Esta festividad se hacía con un árbol que simbolizaba al Universo: la copa era Asgard y el Valhalla, el palacio de Odín.

Las raíces del árbol simbolizaban Helheim y toda esta fiesta que comenzó con esos primeros cristianos, con la influencia y la evangelización cristiana, transformó la tradición y se resignificaría después al árbol de Navidad como un simbolismo para celebrar el nacimiento de Cristo.

Por eso es que ponemos el árbol en nuestros hogares: para celebrar el nacimiento de Cristo.

Los historiadores indican que durante el Segundo imperio Mexicano, los emperadores Maximiliano y Carlota se instalaron en el Castillo de Chapultepec. Para 1864, el año en que se celebró la primera Navidad mexicana, ambos mandaron instalar un majestuoso y oneroso árbol de navidad.

Aún con la caída de Maximiliano en 1867 y que hubo costumbres que se desterraron, la de colocar el árbol de Navidad reapareció en 1878 cuando el general Miguel Negrete colocó uno en su domicilio. La práctica se volvió recurrente hasta lo que conocemos en este momento en nuestro país.

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