“Me pidieron un depósito; después ya no contestaron”
- Por Redacción
Maricela, quien radica en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, compró hace unos meses un paquete turístico a una supuesta agencia de viajes con sede en Cancún.
“Todo lo hice por Internet; me pidieron hacer un depósito de 12 mil pesos, me proporcionaron la reservación, los datos del hotel y, acercándose la fecha para mis vacaciones en Cancún, llamé al hotel para preguntar si contaban con silla de ruedas para mi mamá.
“Me informaron que no me tenían registrada, tampoco el depósito, nada; después llamé a las supuestas oficinas corporativas y me comentaron que lo estaban checando y que estaban apenados… Después ya no me contestaron, no hubo forma alguna de localizarlos”, comentó.
Consultada por La Razón, Nancy Briseño, de la agencia de viajes Chanel, recomendó siempre revisar la lista de las agencias de viajes en la Secretaría de Turismo, y preferentemente también acudir a las instalaciones de la propia empresa y pedir referencia en los alrededores.
“La gente debe cerciorarse en la dirección… porque uno está acostumbrado a hacer todo desde el celular y da flojera ir al lugar, pero es necesario, porque finalmente la página web puede ser falsa”, apuntó.
Los fraudes, sin embargo, no sólo se dan por falsas agencias en el proceso antes de viajar, sino que también hay con los propios servicios contratados.
“Sonia” —nombre ficticio, a petición suya— también contó que fue víctima de un fraude por parte de una cadena hotelera. Comentó que viajó a Cancún y firmó un contrato en el que pagó 100 mil pesos para que, cuando ella viajara, se pudiera hospedar en esa cadena.
Posteriormente, trató de hacer efectivo el contrato, pero le comentaron que no aplicaba de esa manera y le ofrecieron un acuerdo en el que le pidieron 60 mil pesos adicionales. No aceptó. Posteriormente, unas personas se comunicaron con ella e intentaron extorsionarla por medio de amenazas.
Al igual que “Sonia”, también “Eduardo” perdió una gran suma de dinero al intentar realizar un viaje.
Dijo a La Razón que, a través de una agencia de viajes con reconocimiento nacional, compró unos vuelos en enero del 2020, pero se cancelaron por la pandemia, al tratarse de un viaje internacional.
Le comentaron que tenía hasta el 31 de diciembre del 2021 para reagendar, “pero nunca me reagendaron, porque eso era problema de la aerolínea y en la aerolínea me dijeron que era de la agencia. Nadie dio respuesta”.
Narró que, debido a dicho atropello, levantó una denuncia ante Profeco, “pero no me dieron respuesta por la misma contingencia y todo tenía que ser bajo correo electrónico”.
Después, la agencia le decía que ya había regresado el dinero a su banco, “pero nunca llegó y jamás quisieron darme un comprobante. Fui al banco y me dijeron que nunca llegó. Se echaban la culpa entre la aerolínea, la agencia y el banco, pero jamás me regresaron mis 50 mil pesos, ya que después argumentaron que el periodo ya había pasado”.
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