Mayor concentración poblacional en ciudades favorece aumento de islas de calor y tiene impacto en la salud: Especialistas
- Por Redacción
Las islas de calor urbano (ICU) representan uno de los cambios en el clima del planeta más significativos inducidos por el ser humano y tienen impacto en la vida de los residentes de las ciudades -quienes representan más de la mitad de la población mundial- en cuanto a salud, bienestar y consumo de energía, coincidieron especialistas.
Jorge Méndez Astudillo, académico del área de Economía Matemática y Modelos Computacionales de la UNAM dijo que “las personas expuestas a intensidades mayores de ICU padecen efectos en la salud por la vulnerabilidad climática; en la economía, como mayor consumo de energía; y en la sociedad, trabajo al aire libre, por ejemplo”.
Argumentó que las variables ambientales y físicas definen la distribución especial de la isla en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM); la que más se correlaciona es la cantidad de aerosoles, los cuales se diluyen con altitudes elevadas de bido a la capa límite de la atmósfera.
Ante ello, consideró que el oeste y el norte de dicha área son las zonas más calientes; y las de menor calor se encuentran al sur y al este.
Las islas de calor urbano son un fenómeno común en el que las temperaturas de la superficie y el aire son más altas en las áreas citadinas que en las rurales circundantes, explicó la académica de la Universidad Veracruzana e integrante del grupo de investigación de Ernesto dos Santos Caetano Neto, del Instituto de Geografía de la UNAM, Karla Pereyra Castro.
Han ido al alza, ejemplificó, debido a que en 1950 aproximadamente 30 por ciento de la población mundial vivía en ciudades y para 2020 se contabilizó casi 80 por ciento; y se espera que ese porcentaje se incremente.
De acuerdo con Mónica Santillán Vera, del Posgrado en Ciencias de la Sostenibilidad de la UNAM, existe gran desigualdad de carbono entre niveles de ingresos: el decil (uno de los nueve valores que dividen en diez partes iguales un grupo de datos ordenados, en este caso socioeconómico) de más bajos ingresos emite 2.7 por ciento del total de las emisiones de CO2e; mientras que el decil de más altos ingresos, 26.8 por ciento.
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