Frontera norte es más peligrosa que el Darién
- Por Redacción
La frontera México-Estados Unidos sigue siendo aún el infierno más grande para los migrantes en Latinoamérica, superando a la peligrosa zona del Tapón del Darién, ya que en los últimos nueve años se reportaron ahí cuatro mil 689 muertes y desapariciones, 14 veces más que por la ruta de la selva panameña y colombiana, donde la cifra fue de 337 casos, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Otras rutas peligrosas para los indocumentados son la de Cuba a Estados Unidos, con 499 eventos de fallecimientos o desapariciones; República Dominicana a Puerto Rico, 328; Venezuela al Caribe, 187; la atlántica hacia las Islas Canarias, 77; Haití a República Dominicana, 64 casos; el Caribe a Centroamérica, 17, y el Mediterráneo central, uno.
El cruce por el Darién tiene un aumento importante de migrantes procedentes de Cuba, Haití, Bangladesh o Somalia en los últimos años, quienes lo consideran “el infierno” debido al peligro al que se enfrentan quienes lo atraviesan y que muchas veces deriva en decesos, que también se han incrementado.
En una actualización al 1 de octubre de este año, la OIM señaló que se tiene un registro de ocho mil 273 muertes y desapariciones en la migración de las Américas, siendo la principal causa los fallecimientos por ahogamiento, con dos mil 804 casos, seguida de dos mil 739 por motivos mixtos o desconocidos.
Además, mil 110 fallecimientos y desapariciones fueron a consecuencia de accidentes en vehículos, vinculadas al transporte peligroso; 889, por condiciones ambientales extremas, con falta de albergue, de comida y de agua; 400, por violencia; 172, por enfermedad o falta de acceso a cuidados adecuados de salud, y 140, por muerte accidental.
En los últimos tres años, la tendencia de muertes y desapariciones muestra un aumento de 65 por ciento entre el 2020 y el 2021, al pasar de 798 a mil 316 casos, y comparado el 2020 con el 2022 fue de 82.5 por ciento (de 798 a mil 457).
La OIM informó que, de enero a octubre de este año, se tiene un registro de 808 eventos trágicos entre los migrantes de la región de las Américas, que incluye Sur y Centroamérica, Norteamérica y el Caribe.
“Las personas que transitan por las Américas son refugiados, solicitantes de asilo, migrantes económicos, visitantes de corta estadía y otras personas en movimiento. Los agentes impulsores de la migración y del desplazamiento tienen varias facetas e incluyen los desastres naturales, la violencia estructural, pobreza y desigualdad”, destacó el organismo.
En la gráfica por años, se tiene que en el 2014 hubo 493 muertes y desapariciones en la región de las Américas; en 2015 aumentó a 527; para 2016, la cifra se ubicó en 746; en 2017 se dieron 678; en el 2018, un total de 596; durante el 2019 fueron 854; en 2020 hubo 798; en el 2021 se reportaron mil 316; en el 2022, mil 457, y en el periodo enero-octubre del 2023, 808 casos.
De esta última cifra desglosada se estableció que, del total de muertos y desaparecidos, 355 fueron hombres, 107 mujeres y 346 indeterminados.
Según los datos, en enero del 2023 se presentaron 166 eventos, el pico más alto en lo que va del año, pero la cifra disminuyó drásticamente a 43 casos en abril, pero tuvo un ligero repunte en mayo, a 53.
Para Michele Klein Solomon, directora regional de la ONU para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, se trata de una “emergencia humanitaria de gran dimensión” porque es probable que haya más muertes.
La Arquidiócesis Primada de México ratificó que la llegada masiva de migrantes mantiene a los albergues y casas de apoyo, que administra, rebasados; sin embargo, hizo un llamado a las iglesias a seguir apoyando en lo posible a los indocumentados.
“Hacemos de su conocimiento que actualmente nuestras casas de asistencia a migrantes están sirviendo a miles de personas y se encuentran sobrepasadas”, señaló.
En un posicionamiento público, la jerarquía católica hizo un llamado a comunidades parroquiales, agentes pastorales y fieles que tengan las posibilidades, a que apoyen con abrir más espacios de acogida.
Convocó a la ciudadanía a sumarse al voluntariado que se realiza en dichas casas; o bien, brindar ayuda económica o en especie, de acuerdo a las necesidades de los centros.
A las autoridades civiles les pidió agilizar los procesos legales para la estabilidad de las personas migrantes y otorgar visados humanitarios, con el fin de que puedan transitar libremente hacia su destino, además de crear un mecanismo para valorar el derecho de asilo antes de proceder a la deportación de las personas.
En varios albergues del país la situación es crítica, debido que el exceso de migrantes ha mermado sus condiciones de atención.
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