En parto mueren 2 mujeres al día; en pandemia se agudizó el fenómeno
- Por Redacción
La ilusión y la esperanza por convertirse en papás por primera vez, después de cuatro años de intentar todos los métodos disponibles para lograr el embarazo, se apagó durante el parto de Margarita, el cual se complicó por una hemorragia obstétrica que los doctores no pudieron controlar.
La pequeña Ana nació bien, con un peso de dos kilos 300 gramos, pero su madre, Margarita, falleció, hecho que acabó con el proyecto de familia que tenía junto con su esposo Marco Antonio Méndez, quien a pesar de quedar destrozado por la pérdida Margarita, decidió jugar el rol difícil de padre y madre a la vez.
Margarita pasó a formar parte de las cifras lamentables de mortandad materna en México, que en el 2023 registraron 556 fallecimientos, 13 por ciento menos en relación con los 644 casos reportados en el 2022, de acuerdo con datos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud.
Sin embargo, en el 2021, en medio de la pandemia de Covid-19, se alcanzó la cifra más alta de fallecimientos maternos, con mil 036 casos (tres cada día), es decir, 43 por ciento más en comparación con el índice del año pasado. En total, se tienen acumuladas cuatro mil 514 muertes durante el periodo de 2018-2023, mientras que en los dos primeros meses del 2024 (semana 1-8) se reportaron 61 decesos.
Los estados con mayor número de casos de mortandad materna en dicho periodo son: Chihuahua, seis, y Ciudad de México, Guerrero, Jalisco y Estado de México, con cuatro cada uno, que concentrados representan 32.8 por ciento de las 61 defunciones. El grupo con mayor Razón de Mortalidad Materna (RMM) es de 30 a 34 años.
Aún con el dolor causado por el fallecimiento de su esposa, en abril del año pasado, Marco Antonio contó a La Razón la tragedia en su familia y que llevó a que los papás de su esposa le dieran la espalda y lo culparan de la muerte de ella.
“Maggy y yo estábamos con la ilusión de tener un hijo o hija. Tardamos casi cuatro años porque no podía quedar embarazada; sin embargo, nunca nos rendimos, hasta que en agosto del 2022 fuimos al ginecólogo y nos confirmó que mi esposa esperaba un bebé.
“Te imaginarás la alegría entre ambos y nuestras familias. Comenzamos a planear el cuarto donde dormiría el bebé, a comprar la ropa, los biberones, pañales, su tina de baño y todo lo que se necesita para después del parto. Cada mes acudía a las citas con el ginecólogo, quien nos decía que todo iba muy bien, sin problemas”, declaró.
El joven de 31 años, originario de la Ciudad de México, relató que un día su esposa lo llamó al trabajo para decirle que se sentía mal, pues comenzó con un sangrado. De inmediato solicitó permiso en su trabajo como contador en una empresa privada, para llevar a Margarita a un hospital particular, donde ingresó a la sala de urgencias.
Después de una hora, continuó, los médicos le informaron que se agravó el sangrado, por lo cual tenía que ser intervenida de inmediato, aunque con un alto riesgo para ella y su pequeña en la operación.
Marco vivió momentos de angustia y preocupación al pasar, dijo, por lo menos tres horas, “que para mí fueron las más largas de mi vida”. Salió uno de los doctores que intervinieron a Margarita para dar la noticia trágica: “Lo sentimos, se hizo lo que se pudo. Su esposa no resistió. La bebé nació bien”, recordó, con un nudo en la garganta.
En este fenómeno, el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) tiene otros datos, ya que de 2016 a 2021 en México han muerto un total de cinco mil 99 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo, parto y puerperio. Esto significa que, en promedio, mueren 850 mujeres al año; dos al día.
Las cifras, añadió, han sido especialmente preocupantes para el 2020 y el 2021, siendo este último el año con mayor número de muertes maternas desde el 2000, que son un reflejo de las “profundas injusticias” que persisten en el país y las violaciones a derechos humanos que enfrentan las mujeres todos los días, llevando a decesos que pudieron evitarse.
De acuerdo con los Objetivos del Desarrollo Sostenible, para 2030 se busca reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada cien mil nacidos vivos. En el caso de México, la tendencia de mortalidad materna iba a la baja, logrando incluso cumplir con dicho objetivo; sin embargo, durante la pandemia por Covid-19, la cifra aumentó al pasar de 37.9 en el 2019 a 60.96 en 2020 y 66.54 en el 2021.
Al respecto, Juan Carlos Pérez López, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, destacó que las cifras anteriores muestran que la mortalidad materna sigue siendo un grave problema en México, además de convertirse en uno de los peores escenarios a nivel social por la ausencia de una madre.
“Cuando se pierde a una madre, las condiciones de desarrollo de los niños, de la pareja, se fracturan, pues propicia circunstancias de desarrollo más difíciles, de abandono escolar, disolución de la familia, de integración a la vida laboral a menor edad. Es un indicador de un mal desarrollo social”, publicó, en una colaboración en la gaceta de la UNAM.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que todos los países deben acelerar considerablemente los progresos para cumplir las metas mundiales de reducción de las muertes maternas, o de lo contrario, se estará poniendo en peligro la vida de al menos un millón de mujeres de aquí al 2030.
Activistas feministas se pronunciaron en contra de legalizar la gestación subrogada en México, por considerar que esto lleva a la “deshumanización” por medio de una práctica que también representa la explotación de mujeres.
Durante el foro Prohibición de la maternidad subrogada, organizado por la priista Blanca Alcalá, la legisladora advirtió que esta forma de reproducción ha proliferado en varios estados y ya se constituye como una nueva modalidad de trata de personas, contra la cual ya se alistan análisis y propuestas para prohibirla.
Recalcó que ante la cantidad de información que existe al respecto, se requiere analizar y escuchar lo que especialistas en la materia han señalado, para que a partir de esto se enriquezca la legislación que alcance la prohibición de esta vía de reproducción.
La activista en derechos de las mujeres, Beatriz Cosío, afirmó que legalizar la gestación subrogada “no está contemplada en la agenda feminista” y lo que que se debe impulsar son leyes para proteger los derechos de mujeres e impedir la venta de niñas y niños.
En el mismo sentido se pronunció Nuria González, quien advirtió que el país corre el riesgo de convertirse en “el útero del mundo”.
Keith López comentó que no se han dimensionado los riesgos, pues a la fecha no se sabe cuántos menores han nacido por esta vía, cuántos fueron vendidos, si están vivos o a que país fueron llevados.
Cinthya Acosta Sánchez se refirió a esta forma de gestar como una explotación por contrato mercantil que ha hecho millonarias a organizaciones y que podría convertir al país en el “paraíso de la explotación reproductiva”.
Con información de Yulia Bonilla
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