En la Costa Chica John los deja sin nada
- Por Redacción
En Playa Ventura, Copala
A 10 días de que el huracán John golpeó severamente en Guerrero, habitantes y restauranteros que con mucho esfuerzo lograron levantar un negocio, ahora hecho ruinas por el meteoro, ven difícil que la recuperación pueda darse pronto.
En Playa Ventura, en el municipio de Copala, las imágenes de la destrucción siguen siendo desoladoras. Techos de lámina o palmeras de los locatarios siguen en el suelo. Y es que, a diferencia de Acapulco, acceder a esta zona de Costa Chica es casi una odisea, por los daños que ha sufrido la carretera que comunica a este municipio con Marquelia, específicamente en el tramo entre Casa de Piedra y Plaza Azúl, lo que, además, hace imposible la limpieza del lugar.
Don Policarpo Verónica Tejada, propietario de “Las Gaviotas”, lamenta que John “haya hecho todo este desastre, no lo esperábamos. Toda la cabaña se vino abajo, con el viento y el agua demasiado fuerte, está totalmente destrozado”.
Recuerda que su madre, la señora Teófila Tejada, inició este negocio y después lo traspasó a sus hijos hace más de 25 años: “Todos estos años hemos estado al servicio del turismo, y ahora dependemos de las ayudas para seguir adelante.
“Nos sentimos destrozados, mal, no esperábamos esto, es el sustento de la familia, nuestro trabajo, que hace uno con mucho esfuerzo y en tres horas se vino todo abajo, se acabó”, dice a La Razón.
Lo único que se pudieron rescatar fueron algunas mesitas y sillas, porque lo más importante estaba caído.
“Perdí más de 200 mil pesos que invertí en esa cabaña y ya viene la temporada de diciembre”, revela con desolación, por lo que espera que para entonces aunque sea algo provisional pueda levantar para recibir a los turistas.
Ante la falta de energía eléctrica se perdió también el poco marisco que pudieran rescatar, no hay ingresos y la alimentación se hace cada vez más complicada. Algunos se mantienen con lo poco que se puede pescar, como la familia de don Maurelio Tejada Céspedes, propietario del restaurante Casa de Piedra, quien junto a sus hermanos y demás familiares se quedaron sin nada.
“Mi cabaña quedó reducida a escombros, nos afectó el arroyo que pasa por esta zona, porque se taparan las alcantarillas, el agua buscó salida, destrozando la carretera, llevándose todo, también la cabaña de mi hermano”, que se encontraba a un lado de la suya, a donde, además, se concentró toda la basura arrastrada por la corriente.
“Sin ingresos y sin apoyo, ahorita nos estamos manteniendo un poco con los pescados que sacan los pescadores, como mi hermano, que también se quedó sin nada. Desde hace más de 50 años no había pasado algo así. Casa de Piedra la inició mi mamá, ella empezó con una ramadita a vender cuando no había carretera y todo lo acarreaban en burro o caballo”, recuerda don Maurelio.
“Es nuestro sostén y nos dejó sin nada”, y por el daño en la carretera “no podemos arreglar rápido para que se recoja la basura no hay manera de sacarla y tiene que ser lo antes posible, porque el mar la está enterrando”, anticipó.
Tan sólo en este tramo de Casa de Piedra, los estragos de John dejó sin trabajo a unas 15 familias, que dan sustento a más de 120 personas.
Unas 30 viviendas de Playa Ventura, que habitan los más vulnerables, se quedaron sin techo, pero valientemente enfrentaron el miedo a morir, como la señora Marcela Velázquez Cruz, madre de familia, quien junto con su esposo hijos, nietos y otras 30 personas, se refugiaron en la escuela primaria de la comunidad, donde la misma población les ha cooperado con alimentos para sobrevivir estos días.
Con una voz quebrantada, doña Marcela narra: “En las noticias habían dicho que nos apreviniéramos y todo eso, pero la verdad, sinceramente pensamos que era como otras veces que ha pasado, pensamos que era algo leve, pero desafortunadamente nos agarró desprevenidos, ni para donde correr. Nosotros (siete personas) nos tuvimos que refugiar en estos bañitos (señalando una pequeña construcción) que, gracias a Dios, existen, sino no, no la hubieramos contado.
“Hasta que pasó tuvimos que buscar el refugio de la primaria, aquí era imposible, ya se habían levantado todas las láminas. Mi esposo la volvió a remendar, porque ahora sí que en plena lluvia las empezó a buscar para poder remendar el techo, todo estaba mojado, aquí era un río, fue algo que no se nos va a olvidar, gracias a Dios puedo decir que son daños materiales, pero el susto ya se queda.
“Gracias a Dios no nos arrancó las puertas porque son muy sensibles, sobrevivimos a eso, todo lo que se dañó es material, pero de por sí no teníamos gran cosa, ahora menos, se dañó lo poquito que teníamos, nos quedamos así, sin nada”, expresó.
Han padecido la falta de apoyos oficiales, pero también las enfermedades, como tos, gripa y dengue, que va en aumento, aunque tienen la atención médica del centro de salud de la comunidad.
Guadalupe Castañeda González, campesino y buzo, uno de los refugiados en la escuela primaria, lamenta lo que su comunidad está pasando y pide que “nos apoyen con lo que puedan para todo el pueblo”, porque Playa Ventura “perdió todo… no vamos a tener turismo, no sé hasta cuando, porque todos los restauranteros están tirados y nosotros, como buzos del ostión, también, porque si el turismo no viene, perdemos todos”.
A los campesinos “no nos dejó nada, todo nos tiró, vamos a empezar de cero”, lamentó don Guadalupe, quien calculó que las pérdidas de su siembra serían unos diez mil pesos, “no es mucho lo que se cosecha, mi casa es de lámina y toda se voló, perdimos todo lo que teníamos, los aparatos, colchones. Hasta ahorita, pues no hemos recibido apoyo de la autoridad federal, las autoridades competentes, que vengan a apoyarnos. Aquí nosotros, con el comisario, con una flotilla, se anda moviendo para limpiar las entradas, parte del pueblo anduvimos limpiando para salir adelante, lo único que se ha ahecho en el centro para que no se vea tan feo”.
Entrevistado en la comunidad, el comisario Miguel Ángel Ventura aseguró que aún no se cuenta con un censo ni recuento de los daños, a ocho días de los destrozos de John. “Tenemos mucha afectación de la comunidad restaurantera y hotelera, muchos daños en las cabañas y hoteles, casas con daño total y hay personas refugiadas en la escuela primaria José María Morelos y Pavón, tenemos cuatro familias, se les ha estado apoyando con víveres, alimentos y medicinas a través del centro de salud”.
Reconoció que “por parte del Gobierno nos falta apoyo, la verdad; víveres, agua, mucho daños en la carretera. Sólo vino personal de CICAEG a ver los cortes de la carretera en Casa de Piedra y Playa Azul, pero nada más, nosotros nos estamos organizando para retirar árboles tirados, haciendo brigadas entre el mismo pueblo para abrir vías, tener acceso a los apoyos para salir a comprar combustible. No teníamos luz, hasta apenas este lunes llegó la luz, no tenemos comunicación de telefonía, internet nada de eso”, resumió.
Además de la infraestructura turística de Playa Ventura en Copala, se tiene registro de daños severos en Las Peñas, La Fortuna, El Carrizo, San Francisco, El Papayo y Playa Ventura, ya que estas comunidades se encuentran cerca de cuerpos de agua como son ríos, lagunas, arroyos y el mar, afectando a cientos de viviendas y sembradíos, con daños incuantificables ya que no se han hecho los censos oficiales por parte de las autoridades correspondientes, lo que complica la llegada de ayuda básica para los damnificados.
Comentarios