El pozole y su origen tétrico que provocaría que lo dejes de comer
- Por Redacción
El Códice Florentino relata que los antiguos nahuas comían carne humana en un guiso con granos de maíz llamado "tlacatlaolli", que en su significado al náhuatl quiere decir "maíz de hombre", explicado así también por el arqueólogo Enrique Vela. Ese guiso, era un antecedente del que hoy conocemos como pozole, un platillo mexicano consumido con más frecuencia en las fiestas patrias, las fiestas que celebran la independencia de México.
Aprovechando estas celebraciones independentistas, te hablaremos un poco sobre el origen del pozole y, aunque no provocaríamos en absoluto que pienses en no comerlo más, siempre es bueno que conozcas sobre la historia y el contexto de nuestra rica comida mexicana.
Las crónicas así lo indican. Por ejemplo, Fray Bernardino de Sahagún refirió en la Historia General de las Cosas de Nueva España que ese platillo, el antecesor del pozole, lo preparaban de la siguiente forma: "cocían aquella carne con maíz y daban a cada uno un pedazo de aquella carne en una escudilla o caxete, con su caldo y maíz cocido" y a esa sopa lo llamaban tlacatlaolli.
En otro relato, Rodrigo Llanes historiador gastronómico, indicó que en "un ritual que se llevaba a cabo en el Templo Mayor, le sacaban el corazón al guerrero que había sido hecho cautivo, ya fuera en una guerra ordinaria de las que había sometimiento por parte del imperio mexica, o bien, en una guerra especial, exclusivamente para obtener cautivos para el sacrificio, conocidas como Guerras Floridas".
Dice entonces que cuando se les extraía el corazón, salía una especie de esencia "que era lo que finalmente alimentaba a los dioses, según la cosmogonía nahua". La carne, entonces, la cocían en agua con maíz, después se desmenuzaba y se utilizaba para hacer tamales o lo que ahora se conoce como pozole.
Rodrigo Llanes agrega que en 1530, el conquistador Nuño Beltrán de Guzmán, entró a Tonalá, en donde le prepararon un pozole con esta carne; al percatarse que era carne humana, tomó su espada y quebró la olla indicando a la reina y a los tonaltecas "a ya no comer carne humana".
En tiempos de la Colonia, la receta se modificó y se preparó entonces con los animales que trajeron los españoles de Europa para adaptarse al calendario santoral. "Se sabe que por las fiestas de cosechas y, en el tiempo de lluvias, se le agregaba flores de calabaza, y esto hacía que fuera un alimento especial y en honor a Tláloc, dios de la lluvia". ¿Te lo hubieras comido así?
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