Ejidatarios frenan tramo 6 de Tren Maya; sólo hay 29% de derecho de vía
- Por Redacción
Hasta el pasado 16 de agosto, el tramo seis del Tren Maya, que correrá de Tulum a Bacalar, presentaba apenas 29 por ciento de derechos de vía; es decir, con los terrenos por donde pasará el ferrocarril, obra insignia del Gobierno federal, de acuerdo con documentos revelados por la organización Guacamaya y a los que tuvo acceso La Razón.
El documento presentado durante la Décima Reunión de Evaluación del Proyecto advierte que de los 255 kilómetros y medio que tendrá el tramo seis, sólo se han conseguido los derechos en 74.47 kilómetros.
Hasta esa fecha (16 de agosto) no se había reportado avance alguno en materia de estudios de geotecnia, los geotécnicos de exploración indirecta presentaban un avance del 1.81 por ciento y los de geofísica de exploración indirecta mostraban 1.69 por ciento.
Los estudios de hidrología mostraban un avance de 44 por ciento, pero de acuerdo con esta presentación, cada mes se proponían avanzar 18.67 por ciento.
Para todos los estudios preliminares, que se realizaron entre noviembre de 2021 y julio de 2022, se destinaron 400 millones de pesos de presupuesto, y para la construcción, que se inició en julio y deberá concluir en diciembre del 2023, se asignaron 70 mil 173 millones de pesos.
Sin embargo, el proyecto comenzó a verse obstaculizado por la oposición de grupos ejidales a que el tren pase por sus tierras y, en el mejor de los casos, piden que se cumpla con una indemnización adecuada.
Los ejidos que se han negado a otorgar su permiso son: Tulum, con 16.47 kilómetros; Chunyaxché y anexos, con 43.27 kilómetros; Tres Reyes, parcialmente liberado, con un kilómetro; Felipe Carrillo Puerto, con 27.7 kilómetros; Buenavista, con 8.99 kilómetros; Aaron Merino Fernández, 6.06 kilómetros; Santa Elena, parcialmente liberado, con 5.85 kilómetros; Chetumal, con 5.09 kilómetros, y Juan Sarabia, con 16.01 kilómetros. En total son 130.452 kilómetros que no están disponibles para llevar a cabo los trabajos porque no se les ha pagado a los ejidatarios.
No es el único problema que enfrenta el Tren Maya. El pasado 1 de agosto, campesinos del ejido de Cacalchén bloquearon los accesos a la construcción de la obra, en el tramo tres, que correrá de Calkiní a Izamal. Ellos demandan el pago de indemnización por la venta de sus tierras a Fonatur, pero se niegan a entregarle otros 41 mil metros cuadrados adicionales, revela otro documento hackeado por Guacamaya y que se titula “Problemática de CATEM con sindicato de Volqueteros de Valladolid y municipios vecinos”.
Los inconformes acusaban a su comisario ejidal, Rufino López Canché, de haber cobrado por la venta de terrenos, pero no repartió entre su comunidad el dinero.
Además, por primera vez se sabe que el metro cuadrado lo paga Fonatur a 15 pesos, pero los ejidatarios piden al menos 80 pesos, por lo que se llevan a cabo las protestas.
De acuerdo con el reporte militar, ya se presentó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la cual fue autorizada provisionalmente el 23 de junio del 2022, y el Instituto de Ingeniería de la UNAM ingresó formalmente el trámite, apenas 12 días antes del informe presentado al Presidente de la República.
La obra requerirá un millón 489 mil 593 metros cúbicos de balasto; 884 mil 540 piezas de durmientes y 61 mil 677.96 toneladas de rieles, y hasta el 16 de agosto pasado no tenían nada de esto. Por supuesto, ninguna de las cinco estaciones -Tulum-Aeropuerto, FC Puerto, Paradero Limones, Estación Chetumal, ni estación Bacalar- muestra un grado de avance.
Ante esta situación, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer, el pasado 17 de octubre, que probablemente los últimos dos tramos del Tren Maya, de Tulum a Escárcega, simplemente no se harían.
“Les voy a comentar que el fin de semana me tocó supervisar el Tren Maya y ya liberamos como mil kilómetros, lo que se conoce como derecho de vía; esto lo saben bien los ingenieros, y nos faltan dos tramos para liberar, los que corresponden construir a los ingenieros militares, exactamente de Tulum a Escárcega.
“Ya tenemos liberado Palenque, Escárcega, Campeche, Mérida, Cancún, Tulum; ya resolvimos el tramo más difícil, donde nos querían ponchar, que era el tramo Cancún-Tulum, porque ahí hay muchos intereses, muchos billullos de por medio, pero no pudieron; pero ahora nos toca liberar el tramo de Tulum, repito, a Escárcega, que es el tramo para llegar a Felipe Carrillo Puerto, a Bacalar, a Chetumal, todo lo que es el sur de Quintana Roo”, expuso el mandatario.
“Resulta que en el tramo de Xpujil a Chetumal hay cinco ejidos que los dirigentes, aclaro, no los campesinos, los comisariados —no los estoy acusando, nada más estoy informando—, no quieren que pase el tren; o sí quieren, pero están condicionando a que la Secretaría de (Infraestructura) Comunicaciones y Transportes les pague una indemnización de cuando se construyó la carretera de Escárcega a Chetumal”, dijo.
Esos cinco ejidos que nombró el Presidente en realidad son ocho: Tulum, Chunyaxche, Felipe Carrillo Puerto, Buenavista, Aaron Merino Fernández, Santa Elena, Chetumal y Juan Sarabia.
López Obrador ordenó que se realizaran los avalúos y, con base en eso, se pague a los ejidatarios y, si no hay acuerdo, “se queda el tren hasta Xpujil y no hay tren de Xpujil a Chetumal, nada más que se va a saber quiénes fueron los responsables de detener esta obra, así de claro”.
La construcción del Tren Maya enfrenta la dificultad de contar con balasto suficiente para el tendido de vías, por lo que se contempla traerlo de Cuba, reconoció el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Es muy probable que para este tramo traigamos balasto, que sí hay acá (Cienfuegos, Cuba) por transporte marítimo. (De Calica) no, ese sería ideal, pero está clausurado. Puede ser Progreso, hay una posibilidad que se está explorando en Puerto Morelos, no tiene calado suficiente, estamos buscando, lo que estamos viendo es si logramos un acuerdo también con Belice para meterlo por allí”, dijo.
Recordó que el balasto que sirve de soporte a los durmientes requiere especificaciones especiales por lo que no cualquier material puede ser adquirido.
Por ahora, señaló, la mejor opción es trasladar el balasto desde la zona de los Tuxtlas, en Veracruz, donde se obtiene este tipo de grava, para lo que se rehabilitaron vías del tren.
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