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Desde otros estados, deciden viajar a Guerrero para buscar a familiares

Mariana Carranza pretende hallar a su hija Rebeca, a quien le regaló un viaje a la playa por su cumpleaños, “es desesperante”, dice; crean grupos de WhatsApp, pero siguen sin respuestas
  • Por Redacción

Ante la falta de respuesta de las autoridades, habitantes de otros estados del país han decidido viajar a Acapulco en busca de sus seres queridos que, pues a cuatro días del devastador paso de Otis, siguen sin ser localizados.

Ayer, habitantes de Acapulco recorrían calles cubiertas de vidrio roto, árboles desgajados y se abrían paso frente al desastre.

La gente buscaba agua y alimento en tiendas saqueadas, mientras otros, procedentes de la Ciudad de México, de Morelos y Puebla, intentaban llegar a la zona de desastre, ya que ante la falta de comunicación, prefieren llegar con sus propios recursos al lugar para buscar a personas desaparecidas.

Rosalba Velasco, es nuera del señor Manuel Ruiz Bastida, quien desde el día del desastre se encontraba incomunicado con su familia en la Ciudad de México.

Ante la desesperación, su hijo Ricardo Ruiz, en compañía de su hermana, decidió ir en búsqueda de su padre, habitante de San Pedro, Las Playas, relató Velasco a La Razón, quien señaló que, ante los problemas que siguen existiendo en las comunicaciones, ellos prefirieron ir a buscar a su papá hasta ese lugar.

Indicó que ellos supieron que “la comunicación sigue siendo deficiente y es entendible, por el impacto. Supimos que algunos intentaban enviar recados con personas que vendrían a la Ciudad de México, mientras otros se valían de radioaficionados para intentar ubicar a sus seres queridos”.

Para Rosalba Velasco sigue imperando “la falta de comunicación, de ayuda y de guías correctas por parte de las autoridades; dan cifras que dan coraje y risa; no está bien lo que hacen, porque engañan a la gente. Vecinos de mi suegro nos han dicho que no ha llegado ninguna ayuda, por eso es que mucha gente, sobre todo padres de niños pequeños, se metían a los centros comerciales a tomar víveres, como agua, atunes; no está bien pero, ¿qué haces?”.

Respecto a su suegro, un hombre de más de 60 años, dijo que le realizaron un sinnúmero de llamadas sin tener respuesta favorable, así que, ante la incertidumbre, “se decidieron mover sus hijos, con pilas de repuesto, y cosas que puedan ayudar. No es algo que se haya vivido antes y querían ir prevenidos; en el camino se han encontrado con otras personas que también van en busca de alguien”.

Mariana Carranza, por su parte, saldría el sábado por la noche de su domicilio en el estado de Morelos. Su hija Rebeca, de 18 años, viajó a Acapulco con unas amigas.

“Yo le regalé el viaje para ella y dos amigas, por su cumpleaños. Creo que es el peor regalo que pude hacerle, no veíamos venir esto, yo me organicé con mi hermana para buscarla, porque eso de estar esperando no es vida.

“Me metí a grupos de WhatsApp para localizarla, pero ha sido en vano; de repente llegan mensajes, de repente no; a ella le dejaron de llegar desde el jueves. Es desesperante, y cuando veo la cifra de muertos me entra pánico, yo no podía estar esperando”, dijo.

En los grupos que menciona Mariana se encuentran personas de todo el país con familiares en Acapulco y de quienes no tienen noticia desde el paso de Otis.

Se trata de grupos divididos por regiones y colonias de Acapulco, en donde se comparte la información que se tiene a la mano que ya ha sido difundida en medios de comunicación, así como la lista de refugios temporales; sin embargo, destacan las preguntas de los usuarios que quieren saber cómo están sus familiares y si fueron impactados.

“Mi hermano viajó con un grupo de trabajo, varios ya regresaron, pero él no. Él se llama Andrés Garnica; logramos localizarlo, nosotros con nuestros medios.

“En los servicios del 911 no te dan informes precisos, debes esperar mucho para ello; otro de mis hermanos logró comunicarse con Andrés, y vamos a recogerlo en un punto, esperando que haya podido leer los mensajes; creemos que se quedó sin pila, eso creemos porque nadie sabe qué es lo que realmente ocurre”, concluyó.

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