Desarrollan en la UNAM un disipador de energía sísmica que reduce daños en edificios
- Por Redacción
En el Instituto de Ingeniería de la UNAM expertos desarrollan disipadores de energía sísmica para reducir los efectos de los movimientos telúricos en las construcciones, razón por la cual "está cerca de lograrse el objetivo de que las estructuras de las construcciones no se dañen con los terremotos, aún con los de mayor magnitud, y sean muy seguras", detalló Héctor Guerrero Bobadilla, quien encabeza estos esfuerzos.
Entre los dispositivos que se han diseñado se encuentra uno que ya fue patentado y transferida a una empresa; este dispositivo tiene ventajas como su costo, que se pueden instalar en construcciones existentes o nuevas y, en algunos casos, no necesitan reemplazarse, debido a su gran capacidad de disipación, detalló el experto de la Universidad Nacional.
En varios casos, explicó Guerrero Bobadilla, además de ofrecer más seguridad contra los terremotos, esta tecnología permite ahorros cercanos al 10 o 15 por ciento con respecto a sistemas estructurales convencionales.
"La razón es que posibilita usar los materiales de manera más eficiente, pues una estructura equipada con la tecnología se convierte en un sistema dual, donde una parte está dedicada a resistir el peso del edificio y la otra a tomar las acciones sísmicas", explicó.
A diferencia de otros que se emplean en países como Japón y Estados Unidos, los sistemas universitarios se distinguen porque toman en cuenta las condiciones específicas de México; por ejemplo, los movimientos sísmicos de suelos blandos de la Ciudad de México.
En 2016 Guerrero Bobadilla comenzó a realizar investigación para que, ante un temblor, edificios, puentes, estadios, aeropuertos u hospitales reduzcan daños de manera significativa.
El primer artefacto que creó, junto con su grupo de trabajo, fue uno de tipo contraventeo restringido al pandeo. Este modelo ayuda a reducir desplazamientos relativos en estructuras ocasionados por movimientos laterales.
Se trata de una especie de barras con un núcleo y una “camisa” metálicos, y un relleno de concreto o mortero reforzado que se colocan en cada piso del inmueble, y captan la mayor parte de la energía del temblor, deformándose. El dispositivo universitario tiene una gran ventaja respecto a otros instrumentos disponibles: muestra físicamente cuándo debe ser reemplazado.
JVR
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