Cinco puntos para entender por qué no hay agua en México

No es un tema cualquiera. La crisis de agua afecta a todos en el mundo y sí, quizá a unos más que otros, pero en breve convertirá a ser un común denominador hasta en los países desarrollados. En el caso de México, la cosa no es muy diferente a otras naciones que registran niveles críticos en sus presas, en sus pozos, en los sistemas que dan abasto de agua a sus demarcaciones, a sus entidades.

Hay diversos factores que nos han llevado a esta crisis. Todo va desde el cambio climático, sí, pero también entran en la ecuación las acciones de los seres humanos -hasta las más mínimas- y, por supuesto, las empresas que utilizan este recurso para sus producciones. Ante la crisis, te presentamos cinco puntos para que puedas entender por qué no hay agua en México.

Los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos, provocan que en México las lluvias tarden mucho en llegar o sean mucho menores que en otros años o incluso que se registre un mayor periodo de sequía, acompañado de temperaturas extremas, lo que termina por afectar la disponibilidad de agua dulce. Esto es provocado por el cambio climático.

Desde la década de los 60, el país se ha vuelto más cálido y las temperaturas año con año aumentan. Muchas regiones del norte, ante la falta de lluvias que ya eran características de esa zona, pero no tan severas, se han convertido en terreros estériles. ¿Qué significa esto? Que se impacta al desecamiento de ríos, a la biodiversidad, a los cambios en la forma que llueve y al adelanto en las épocas de calor.

Las cifras nos lo dirán por sí solas: la Comisión Nacional del Agua, Conagua, reveló que en junio del 2023, a nivel nacional llovió un 61 por ciento menos en relación con el promedio del mismo mes, de 1991 al año 2020. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México informaron también el año pasado, que en 92 por ciento del territorio cada vez llueve menos.

¿Por qué preocupa que no llueva? Porque se impacta de manera negativa a las principales presas del país que en promedio se encuentran a 44.6 por ciento de su capacidad. Tan sólo las de Morelos, San Luis Potosí y Querétaro, enfrentan niveles particularmente bajos de 13.0 por ciento; 12.7 por ciento, y 7.1 por ciento, respectivamente, de acuerdo al Centro de Investigación en Política Pública del Instituto Mexicano para la Competitividad, IMCO.

Ante la crisis de agua, mucha gente decide consumir agua embotellada, pero también lo hacen en respuesta a la preocupación por lo contaminada que pueda estar el agua que salga de los grifos de los domicilios. ¿Qué es lo que pasa cuando sube la demanda de agua embotellada? Que las empresas sobreexplotan los recursos hídricos y aumenta el conflicto con los residuos plásticos.

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, ENIGH, informó que en los últimos años se gastaron 28 mil millones de pesos en agua embotellada a nivel nacional.

Al Día Cero se le conoce así porque éste ocurrirá cuando el suministro libre de agua termine y el acceso a ella comience a ser racionado. El estrés hídrico tiene mucho que ver en este sentido y México ocupa el lugar 24 en cuanto a este fenómeno, de acuerdo a los Rankings de Estrés Hídrico Nacional.

Varios estados de la República Mexicana podrían quedarse sin una gota de agua para el año 2050 o incluso antes. Si quieres consultar cuáles son estas entidades, puedes leer "Estos son los estados de México que se quedarían sin agua antes del 2050".

Gestionar el agua es un reto grande que las autoridades de todo México deben afrontar tanto en regulación como en infraestructura, financiamiento y también en estrategias de suministro para regresar a los niveles óptimos a las presas, pozos y sistemas que abastecen de agua a los millones de mexicanos que habitan el país.

La corrupción, la falta de coordinación y la escasez (o sobreexplotación) de recursos juegan también un papel importante en la crisis hídrica que se vive en México.

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