Carmen Vilchis busca ser la primera rectora
- Por Redacción
Con una trayectoria de más de cuatro décadas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y una visión en la que converge su preparación multiprofesional en las artes, la filosofía y la psicología, Luz del Carmen Alicia Vilchis, busca convertirse en la primera mujer rectora, pero no por el hecho de ser mujer, sino porque “tengo derecho, soy un ser humano y soy universitaria”.
Desde un departamento que yace en Santa María la Ribera al que llama la “extensión de la Academia San Carlos”, con estantes llenos de libros que forman coloridos pasillos y apenas una parte de los títulos y reconocimientos que la respaldan, la doctora comparte que, para ella, ocupar el máximo cargo en la UNAM, además de la conducción administrativa, implica la presencia y cercanía con los alumnos o, como ella les dice, “la razón de existir de una universidad”.
“La UNAM encierra una filosofía muy fuerte y una visión y misión importante respecto a la nación en la que estamos, de la que somos originarios y cómo nos debemos no sólo a los estudiantes, que son las razones de existir de una universidad, sino también a la sociedad”, dijo en entrevista con La Razón.
Su decisión por contender por este cargo lo atribuye a cambios en su vida que ahora le han permitido “diversificar” su formación.
La autonomía de la institución, dice, significa “un denominador común insoslayable”, pero también la gobernabilidad de la Universidad, más no una soberanía, porque el concepto no se reduce a la discusión electoral, sino también en la forma de educar y su conducción en apego al marco jurídico.
“Hay que entender que la autonomía significa gobernabilidad de la Universidad de una manera propia, no independiente, porque nosotros debemos estar apegados en principio a la Constitución y, de ahí, a diferentes legislaciones federales. Se ha tratado de interpretar como soberanía y no somos soberanos, aquí el único soberano es el país representado por el Estado. La autonomía está en el ejercicio responsable, inclusivo y apegado a derechos humanos “.
Hizo hincapié en que esta característica de la institución le permite tener decisión en su docencia, la investigación, extensión de la cultura y que se convierte en una esencia “irrenunciable” para fortalecer el espíritu universitario.
Ante iniciativas que proponen aplicar elecciones en la institución para renovar la Rectoría, la doctora apunta que la UNAM no es un espejo de los comicios federales o estatales, por lo que advirtió que implementar un proceso de este tipo podría dañar a la misma.
“No hay las condiciones en la Universidad Nacional para hacer una elección de rector, no somos espejo de las elecciones y podría lesionar a la misma UNAM. Hay que ser prudentes, estamos en tiempos complejos respecto a la política federal y se debe tener la prudencia para mantenerse al margen de las circunstancias políticas federales y enfocarse en problemáticas mucho más trascendentes que lesionan a la comunidad”, señaló.
Ante el proceso electoral que se vive y que concluirá con la renovación de más de 20 mil cargos de renovación, opina que el rol de la máxima casa de estudios es asumir una postura neutral, para que “así como el rector pidió a las autoridades que nos permitieran hacer el ejercicio de decisión de rector, sin injerencia del Gobierno ni de grupos, la UNAM tiene que mantenerse con un ejercicio de respeto a las mentalidades plurales. No vamos a fragmentar a la UNAM, hay problemas que requieren mayor atención”, insistió.
Entre las principales preocupaciones a resolver, enlista acabar la discriminación, violencia, acoso, intenciones suicidas entre el alumnado, que también padece de ansiedad, depresión.
“Por lo menos, dos generaciones en nuestro alumnado no tienen proyecto de vida, no tienen horizontes, buscan quedarse en un posgrado porque suponen que los sigue arropando la Universidad y buscan becas. Es nuestra tarea apoyarlos”, dijo.
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