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Basura y escombros, un reto que no acaba

En Coyuca y Acapulco, habitantes piden ayuda a las autoridades locales para poder retirar los residuos; lejos de la zona costera, la devastación se mantiene como el primer día
  • Por Redacción

En Acapulco, Guerrero

A un mes y 11 días del impacto del huracán Otis en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, Guerrero, todavía se pueden ver montones y montones de escombros, basura y residuos orgánicos que no han sido levantados, y que ya forman parte del panorama cotidiano.

En un recorrido que realizó La Razón por ambas localidades, pudo constatar que, en muchas zonas, los habitantes siguen pidiendo la ayuda de las autoridades para retirar los escombros, que aún se encuentran por decenas de toneladas en avenidas, calles, centrales camioneras e incluso, a unos metros de la playa.

A pesar que el proceso de mantenimiento y reactivación avanzan lentamente en la zona de la costera, es común mirar los destrozos que dejó Otis, y a los que la gente parece acostumbrarse al paso de los días; incluso, los visitantes o turistas, también evaden las montañas de basura sin preocupación.

“Tenemos que salir adelante, a pesar de que las autoridades tarden en recoger los escombros. Nosotros tenemos que trabajar para sacar dinero”, dijo una comerciante de comida en playa Papagayo.

La mujer realiza sus actividades de manera normal, aun sabiendo que detrás de su local hay montones de basura que no han sido tratados.

Decenas de comercios con venta de alimentos abrieron sus puertas, aunque ello signifique que los pocos turistas ingieran sus alimentos frente a los montones de basura, lo que crea molestia para todos los habitantes, visitantes y comerciantes.

“Huele muy mal, hay mucha basura que está echada a perder y que no ha sido levantada. En todos lados se ve la basura, pero no entiendo por qué no la recogen, si ya pasó un mes”, dijo un peatón.

Restaurantes, chelerías, bares, antros y tiendas comerciales mantienen sus aperturas, sin importar que la gente tenga que esquivar los escombros para poder entrar, incluso, algunos usan parte de esos escombros para delimitar entradas.

Mientras que en el puerto de Acapulco hay una mayor limpieza, sin embargo persisten los escenarios de basura de edificios en las calles; además, zonas que fueron hace un mes inmuebles, ahora fungen como basureros con montones de tiradero y decenas de techos en las calles esperando ser levantados.

No obstante, al salir de la zona costera, el panorama se complica, debido a que hay comunidades como Pueblo Viejo, en donde la devastación sigue como el primer día. Cientos de palmeras tiradas, casas destruidas, más basura y olores fétidos. “Todo fue a favor de la zona hotelera, acá no han venido a limpiar, ni siquiera sabemos si lo hagan”, dijo un habitante.

Además, el panorama se complicó por la lluvia que se registró la madrugada del jueves pasado, que volvió a inundar algunas zonas y enlodó comunidades apartadas. Por ello, se reactivó la preocupación de las familias, que no han logrado salir de la primera emergencia.

En las zonas más altas o de difícil acceso el escenario es todavía más complicado, pues al no subir los camiones, las personas deben hacerlo a pie en planos inclinados, lo que complica la llegada de los servicios de limpieza.

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