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Aumenta violencia sexual organizada en preescolares

ONG señala que de 2021 a 2023 se han registrado agresiones en 12 estados de la República; expertos advierten que los menores vulnerados pueden presentar retraso en su desarrollo
  • Por Redacción

Los casos de explotación sexual infantil organizada en escuelas de nivel preescolar no se han erradicado, sino que, al contrario, en los últimos tres años se sumaron nueve a los 18 documentados en 2021.

A tres años de la publicación del informe Es un secreto. La explotación sexual infantil en escuelas, que documenta casos de violencia sexual organizada, dejó ver que este fenómeno está presente en 27 escuelas públicas y privadas de 12 estados de la República, cuando en el 2021 se tuvieron casos documentados en 18 escuelas de 7 entidades del país.

La Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODI) presentó una actualización de sus investigaciones, donde realiza un análisis de las acciones que han tomado las autoridades a partir de las sentencias de casos litigados por la propia ODI.

Tres años después, su informe advirtió que no se ha esclarecido cómo es que delincuentes se infiltran en las escuelas haciéndose pasar por maestros, directores del plantel o personal de intendencia.

Y tampoco ha cambiado una sola política de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para hacerle frente a este flagelo, no hay mayor transparencia en las escuelas y no hay avances en la investigación de posibles conexiones entre los casos.

“Se trata de casos aparentemente inconexos pero que llaman la atención por coincidencias en el tipo de violencia que describen los niños y niñas. En todos los casos, pequeños de entre 3 y 5 años describen agresiones sexuales graves e inusuales que toman lugar en preescolares públicos y privados.

Narran que las agresiones sexuales son cometidas por varios adultos de manera conjunta. Coincide que varios niños y niñas son agredidos de manera grupal, incluso obligándoles a lastimarse entre sí. En múltiples casos, los niños y niñas refieren la presencia de cámaras y el uso de disfraces, algunos describen ingerir algo que les da sueño o la presencia de otros compañeros dormidos”, detalló el reporte.

Para la psicóloga clínica María Elena Rivas, esta situación desencadena grandes problemas en la salud del menor, tanto física, como psicológica y normalmente en la vida académica, ya que su rendimiento del menor no es el mismo.

“Se debe trabajar más en la cultura de la prevención, en ser más observantes de los entornos de nuestros hijos; la vida hoy en día exige muchas demandas, pero los abusadores no conocen de límites, ese es su problema, no saben limitarse y dañan; entonces, hay que ser críticos con las escuelas, desde el ver qué le venden a los hijos en las cooperativas, quién se los vende, quién es el personal; los padres deben ser más críticos y así prevenir, ya que para el menor las secuelas son graves”, subrayó.

Señaló que, a la primera muestra de enfado, de arranques de ira o ausentismo, o si se observa que el niño no sonríe o habla, es necesario consultarlo y realizar revisiones periódicas de su salud, ya que, advirtió, algunos niños guardan silencio por el miedo que puede causarles este hecho y que en gran medida los abusadores son personas allegadas a las estructuras escolares o familiares.

En una radiografía del delito, cada hora se denuncia en México un promedio de entre tres y cuatro casos de abuso sexual y/o violaciones; es decir, unos 90 casos al día, aunque no se tienen cuantificados los casos que ocurren en las escuelas, pues muchos niños guardan silencio.

“El país vive una epidemia de violencia sexual, donde las mujeres y los menores de edad son las principales víctimas”, advirtió Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Durante un año, esta organización se dedicó a obtener y analizar las cifras de delitos sexuales registrados en todo el país y encontró que, en una década, se denunciaron cerca de 330 mil delitos sexuales en México (un promedio de 33 mil al año).

Esto significa que en todo el país diariamente se denuncian 90 casos de violencia sexual, hasta el cierre en el mes de junio del 2024.

En el reporte Es un secreto se establece que en 13 escuelas se agrede a las víctimas en grupo; en 16 escuelas se reportan múltiples adultos presentes durante el abuso; en 17 más se denuncian actos de encubrimiento, y en 10 escuelas hay adultos que facilitan el abuso de los niños y niñas.

El pediatra Mario Enríquez señaló a La Razón que las investigaciones muestran que los niños que han sufrido abuso tienen más dificultades en la escuela, y han informado dificultades para prestar atención y retraso en el desarrollo del habla y el lenguaje.

Además del deterioro de las capacidades cognitivas, el abuso infantil también puede crear un estado sostenido de miedo y ansiedad en el niño. “Eso no lo es todo, también otro impacto viene cuando las defensas del menor bajan y comienza a ser más enfermizo. Muchas veces los padres no entienden por qué está ocurriendo, pero el cuerpo humano tiene una forma de defenderse de manera extraordinaria, y si algo no está bien, en casos más graves su cuerpo comienza a resentir, y esto va desde resfriados hasta cólicos, vómitos o dolor después de perpetrado el acto de violencia”, indicó.

La Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia estableció que la documentación para su reporte parte de expedientes judiciales, recomendaciones de comisiones de derechos humanos y archivo hemerográfico.

“En algunos casos se logra establecer responsabilidad penal en contra de algunos agresores de manera individual. En otros, sólo se documenta lo que padres de familia y sus hijos e hijas denuncian” y los reportes no afirman qué es lo que está sucediendo, por lo que demandó que se realice una amplia investigación criminal.

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