Aumenta en 4 años incidencia de cáncer de mama 47%
- Por Redacción
En los últimos cuatro años, en los que se cruzó la pandemia por Covid-19, el cáncer de mama en mujeres mayores a 20 años se disparó 47 por ciento, aunque la incidencia de este padecimiento ha tenido un vertiginoso aumento desde hace 13 años.
La incidencia de esta enfermedad se incrementó, debido a lo que los especialistas describen como un cambio en los estilos de vida y la alimentación. Factores como el consumo de bebidas alcohólicas, el sobrepeso, la inactividad física y el consumo de hormonas como método de control natal aumentan la probabilidad de padecerla.
En los últimos 13 años, el cáncer de mama en mujeres de más de 20 años aumentó más del doble (126 por ciento), al pasar de 22.98 casos (2010) a 51.92 (2022) por cada 100 mil personas, pero el mayor salto se dio en los últimos cuatro años, pues en el 2019 el Inegi reportó una incidencia de 35.24 y en el 2022 señaló la mencionada tasa de 51.92, lo que representa un aumento de 47.3 por ciento sólo en ese periodo.
Este notable aumento de mujeres con cáncer de mama las ha llevado, particularmente a las jóvenes, a buscar distintas formas de “reconstruirse” física y emocionalmente para superar el dolor que enfrentan por la amputación de senos, que van desde la reconstrucción mamaria, el arte en la piel a través de tatuajes o las terapias alternativas.
Una de las formas con las cuales las pacientes han enfrentado las secuelas de la enfermedad son las cirugías reconstructivas. Para Rafael Chaparro, cirujano plástico y reconstructivo del Hospital MAC en Los Mochis, Sinaloa, es importante que, en el marco del Día Internacional contra el Cáncer de Mama, se cree conciencia en la población sobre el impacto que tiene en la vida de las mujeres padecer esta enfermedad y ser amputadas para salvar la vida.
“La reconstrucción mamaria se ubica entre las cinco cirugías reconstructivas más comunes. La importancia de esta cirugía es un componente fundamental en la recuperación del cáncer de mama.
“Esta decisión no sólo contribuye a la restauración física, sino que también desempeña un papel crucial en la recuperación emocional y la calidad de vida de las pacientes; es un procedimiento seguro y eficaz que ha demostrado ser beneficioso para muchas pacientes que han superado el cáncer de mama”, expuso.
Sin embargo, los costos de una reconstrucción mamaria no siempre están al alcance de todas, por lo que recientemente algunas mujeres han optado por “‘adornar’ con arte esa etapa dolorosa de su vida y se acercan a mostrar sus cuerpos tal y como son pero le ponen color. Algunas dicen que florecen y colocan en la zona amputada flores, pájaros o las imágenes de un ser amado”, dijo la tatuadora Brenda Tuski.
Los costos para la reconstrucción del seno oscilan entre 250 mil y 750 mil pesos, aunque ahora han surgido tratamientos desde 100 mil, dependiendo del método y de la institución que la practique. En cambio, los tatuajes van de los tres mil 500 hasta los 12 mil pesos.
“Tuve que estudiar a fondo, es un trabajo delicado el que se hace, incluso hasta de medicina, para entender cómo son las cirugías de cáncer de mama y cómo queda la piel después de una radiación o de una quimioterapia, porque, con tratamientos tan fuertes, la piel cambia y es importante que ellas se sientan seguras”, explicó la tatuadora Tuski, quien indica que la realización de arte en la piel puede llevar entre una o cuatro sesiones, con una duración de dos a cuatro horas.
Los implantes son también una forma segura para restablecer la confianza después de enfrentar el cáncer de mama. Rosa María Bravo es madre de Nayelli Ventura, quien no sobrevivió al cáncer de mama. Entre lágrimas, comentó a La Razón que su hija tenía 26 años cuando la diagnosticaron y falleció a los 32.
Durante sus últimos años de vida, Nayelli “siempre pensó en ahorrar para un implante; no le gustaba verse así, pero nosotros con trabajos completábamos para el tratamiento, así que eso fue esperando. Yo me doy cuenta que esa enfermedad sí tiene que ver con las emociones, es una enfermedad triste y que no avisa; ella se fue a hacer estudios ya muy tarde, con un problema avanzado; sí luchó, pero los recursos no alcanzaron y se fue dejando. En estos años aprendí que todo cambiaría con simplemente tocarse y quererse, no olvidarnos de nosotras por las prisas”.
Beatriz Domínguez comenta que desde que estudió la carrera de psicología en su natal Argentina, pudo constatar personalmente que “toda enfermedad tiene un origen emocional y el cáncer de mama no es la excepción”.
Ella lleva 10 años radicando en México y asegura que “todas las enfermedades son prevenibles e incluso curables, siempre que se adquiera conciencia verdadera”. Para dar tratamiento a este padecimiento, la psicóloga dice que “dependerá en gran medida de qué tanta apertura tenga el paciente a sanar”.
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