Anuario: 2023 rompió todos los récords de migración irregular en el país y EU
- Por Redacción
La migración irregular a México en el 2023 rompió todos los récords que se tenían en años anteriores y los conflictos político-sociales, la falta de oportunidades y la inseguridad siguen siendo los principales problemas para que las personas abandonen sus lugares de origen. En este fenómeno, el país recibe ahora a personas de prácticamente todo el mundo, muchos de los cuales comienzan a ver el “sueño mexicano”, por lo que no buscan llegar a Estados Unidos, sino quedarse en el país.
En el 2022, que fue el año pico de detenciones de extranjeros indocumentados por parte del Instituto Nacional de Migración (INM), se registraron 441 mil 409 capturas; sin embargo, hasta octubre del 2023, ese número ya había sido rebasado ya que se contabilizan 588 mil 626, un aumento del 33.3 por ciento, faltando dos meses por contabilizar.
Además, se rompió el récord histórico de solicitudes de refugio, pues se contaron 129 mil 658 en todo el 2021; en el 2022 fueron 119 mil 304, pero de enero a noviembre del 2023 ya sumaban 136 mil 934.
La directora de Agenda Migrante, Eunice Rendón, desde hace meses alertó que en este año se romperían los récords, debido a que la situación en Centroamérica, Sudamérica y el Caribe se estaba agravando, principalmente en países como Venezuela, donde las condiciones para sobrevivir empeoran cada día.
Otro de los factores para el aumento de la migración irregular desde México a Estados Unidos fue el término del Título 42, política estadounidense que se implementó en la administración de Donald Trump, como pretexto de la emergencia sanitaria por Covid-19, para expulsar inmediatamente (sin procedimientos legales) a todos aquellos migrantes que intentaran cruzar la frontera entre ambos países.
“A pesar de que bajaron las detenciones en los primeros meses del 2023, iba a haber un repunte, debido a que la migración no se queda quieta por mucho tiempo, sino que iba a ir al alza, pero por ello rompería todos los récords, ya que las condiciones en sus países de origen no cambian”, dijo Eunice Rendón, directora de la iniciativa Agenda Migrante.
Así, a partir de julio de este año comenzó a verse un repunte significativo de migrantes, que comenzaron a entrar de manera masiva por el estado de Chiapas, pues por 30 pesos eran cruzados de manera ilegal y en balsas por el río Suchiate, para llegar a Tapachula y buscar un documento legal que les permitiera llegar a la frontera norte de México.
A estas condiciones se añadió que en Europa cerraron las puertas a los ciudadanos de África y Asia, por lo que tuvieron que trasladarse al continente americano a buscar mejores oportunidades de vida. De esta manera, no sólo se vio un repunte “drástico” de ciudadanos de Haití y Venezuela, sino que aumentaron las llegadas de chilenos, brasileños, ecuatorianos y colombianos; además de personas de Senegal, Mauritania, Uzbekistán y, en un caso muy particular, de Afganistán, quienes arribaron a la Ciudad de México a pedir asilo.
En este panorama de aumento, los albergues administrados por organizaciones civiles en el país sufrieron las consecuencias de la llegada masiva de migrantes, pues si bien ya tenían grandes problemas con la atención, a estas condiciones se sumó el cierre de 33 estaciones del INM por mantenimiento y revisión, tras el incendio registrado en una estancia en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde perdieron la vida 40 personas extranjeras.
En la capital del país fue tanta la demanda, que los migrantes que ya no pudieron entrar a los albergues se tuvieron que quedar en la calle, pues los pocos alojamientos ya no contaban con camas o incluso suelo para darles atención.
Por ello, comenzó a generarse un fenómeno de campamentos improvisados en centrales camioneras, camellones y colonias de múltiples zonas, que molestó a cientos de vecinos que, con protestas, han denunciado la presencia de los migrantes.
Los responsables de los albergues solicitaron ayuda inmediata del Gobierno, debido a que el éxodo hacia la ciudad los pone en riesgo hasta de cerrar sus puertas por falta de insumos y espacio para ayudar.
En Chiapas, se formaron al menos 10 caravanas en este año, siendo las más concurridas las de octubre y noviembre, con cerca de ocho mil migrantes que, al llegar a Oaxaca, se dispersaron.
En el norte del país, algunos migrantes lograron entregarse a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y otros regresaron a Chiapas. También en las ciudades de Piedras Negras, Ciudad Juárez o Reynosa fue común ver a extranjeros irregulares cruzar el río Bravo para entregarse, a pesar del refuerzo con alambre de púas y guardias fronterizos en Texas.
Datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos indican que el año fiscal 2023 ha sido el de mayores detenciones en la historia de los registros, pues contabilizó dos millones 475 mil 669 sólo en la frontera con México. Por esas cifras, el gobierno de Texas, encabezado por el republicano Greg Abbott, decidió realizar acciones como colocar boyas en el río Bravo o continuar con la construcción del muro fronterizo, para evitar la entrada de migrantes.
Ante este panorama, expertos han solicitado una nueva ley migratoria que vele por los derechos de los extranjeros y realmente se brinde ayuda humanitaria, debido a que en México sólo son detenidos y deportados, cuando deberían ayudarles a buscar nuevas oportunidades de vida, ya que únicamente los regresan a los mismos riesgos que enfrentaban en sus países de origen.
Organizaciones de la sociedad civil han advertido que la migración masiva apenas comenzó, debido a que cada vez son más personas de diversos países del mundo, y México y Estados Unidos se han convertido en la última oportunidad en el mundo para ellos.
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