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A puerta cerrada PRI avala cambios que permiten a Alito reelegirse

En la Asamblea Nacional deciden “expulsar al neoliberalismo”; se registra ambiente de tensión y algunos priistas dan portazo; acusan que se les prohibió el acceso para poder votar
  • Por Redacción

En un ambiente de fuerte tensión interna, el PRI aprobó a mano alzada y a puerta cerrada, el dictamen que modifica los estatutos de ese partido para poder reelegir a Alejandro Moreno Cárdenas y a Carolina Viggiano en la dirigencia nacional, hasta por dos periodos más.

Mientras la mayoría de los delegados congregados en la 24 Asamblea Nacional Ordinaria de ese partido avaló los cambios estatutarios —entre gritos contrastantes de quienes coreaban: “¡Alito, Alito!”, y quienes repudiaban la reelección: “¡no reelección!”—, afuera de la sede de la asamblea, en el World Trade Center (WTC), se manifestaban priistas enardecidos a los que no se les permitió el acceso —incluidos delegados a dicha asamblea—, quienes dieron un portazo cuando uno de ellos quebró a patadas una puerta de vidrio en su intento por entrar.

Varios de ellos ratificaron que se les prohibió el acceso al WTC para emitir su voto y que, por lo tanto, no todos los votantes se encontraban dentro del inmueble, a pesar de que se les dijo que la asamblea se iniciaría a mediodía, cuando comenzó de manera anticipada. “La prisa por votar era evidente”, dijo uno de ellos.

“Tengo entendido que sí hay algunos delegados que no lograron entrar, a pesar de que se había invitado y programado; no tengo el dato, pero podrían ser unas 200 personas las que no lograron entrar”, dijo a La Razón Alejandro Arévalo Rosette, militante del tricolor.

Momentos antes, Arévalo Rosette quebró a patadas una puerta de vidrio del WTC donde se llevó a cabo la plenaria, lugar a donde arribaron elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Guardia Nacional, quienes lograron contener el desorden en los alrededores del recinto de la colonia Nápoles en la Ciudad de México.

Con los cambios realizados ayer al artículo 178 de los estatutos priistas se permitirá la elección y reelección de la dirigencia nacional y de la Secretaría General hasta en tres periodos consecutivos de cuatro años.

La reforma incluye un artículo transitorio que permitiría a Alejandro Moreno buscar su reelección desde este año, con lo que podrá extender su dirigencia ocho años más, hasta el 2032.

También se plantea que la cúpula partidista tenga mayor control sobre los legisladores federales y estatales que militen en el PRI. Además, se aprobó desvincularse del neoliberalismo en la nueva declaración de principios del tricolor.

En la asamblea priista, en la que estaban presentes alrededor de tres mil delegados, no hubo representación de sectores tradicionales, como el obrero, en la figura de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), ni muchos de los expresidentes del partido ni figuras destacadas que habían manifestado su oposición a la reelección, como Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes.

De manera preliminar, los detractores de la reforma estatutaria anunciaron que habrá impugnación ante las instancias correspondientes, sin establecer los medios por los cuales la realizarán; consideraron que no habrá procedencia ni viabilidad en hacerla a través del partido, ya que indicaron que “es un proceso amañado y no tendría un buen fin; se deben analizar otras instancias”.

Durante el desarrollo de la 24 Asamblea Nacional priista no sólo se aprobaron cambios a los estatutos; también se realizaron autocríticas a la declaración de principios y revalorización del programa del partido, en donde se decidió “expulsar al neoliberalismo”.

Tras la votación, durante su discurso, el líder del tricolor en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, aseguró, en una autocrítica, que trabajarán para que erradiquen aquello que los alejó de los grupos sociales, los cuales habían representado “desde su fundación, como herederos de la revolución”.

El exgobernador de Coahuila sostuvo que durante las asambleas locales que se realizaron, se analizaron las líneas de trabajo con la que estuvieron durante décadas, a las cuales calificaron como generadoras de pobreza, violencia y desigualdad social.

“Siendo autocríticos con el pasado, expulsemos del ideario al neoliberalismo, así como a las políticas de ese modelo generadoras de pobreza, violencia y desigualdad social, políticas que nos distanciaron de grandes grupos de la población”, señaló.

Moreira Valdez indicó que se seguirá modificando la imagen del instituto político, con el fin de retornar a ser el partido de las causas sociales.

A su salida de la asamblea, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra Castillo, detalló cuáles fueron los cambios que prevén en el programa de acción y destacó que se acordó impulsar una nueva etapa para el Revolucionario Institucional, además de abandonar algunas de las reformas que se aprobaron siete años atrás.

La diputada Guerra Castillo presentó el dictamen final sobre el programa de acción, donde se acordó impulsar la nueva etapa priista y “dejar atrás el referente programático” aprobado en la asamblea de 2017.

“Ahora, con una visión nueva y de cara a los siguientes 10 años, se plantea el fortalecimiento institucional del partido y una estrategia de inclusión e igualdad”, dijo la legisladora.

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