Tepito, la explicación del curioso origen del nombre del 'Barrio Bravo'
- Por Redacción
Los abuelos tuvieron que llevar a sus 11 hijos a vivir en una vecindad de la calle González Ortega, luego que el terremoto del 85 se llevara consigo su casa. En una pequeña vivienda de Tepito, papá se crió junto a sus 10 hermanos, muchos de los cuales tuvieron que dejar sus estudios para poder apoyar con los gastos de la casa. Vender paletas, bolear zapatos o ayudarle a la abuela a ofertar las prendas de estambre que ella misma tejía, una de las opciones que tenían.
El Barrio será Bravo, pero tiene gente que lo trae en la sangre, que lo ama tanto como para hacerlo crecer a través del comercio, pero también a estigmatizarlo como uno de los más peligrosos que tiene la Ciudad de México, tanto que hay hasta tours para que los extranjeros se paseen por sus calles y sientan un poco esa peligrosidad de la que todo el mundo habla.
Sin embargo, Tepito tiene un origen, es un símbolo también de la cultura popular en México, tanto como lo es el Templo Mayor o la pirámide que se encuentra en el Metro Pino Suárez, por poner algunos ejemplos. Hoy hablaremos de este origen, el curioso nombre de Tepito.
De acuerdo al filólogo Cecilio Agustín Robledo, la iglesia de San Francisco de Asís, ubicada en Tepito, está construida sobre el adoratorio principal del barrio de Mecamalinco, al que los habitantes llamaban Teocaltepiton, que significa "templo pequeño". Según la nomenclatura novohispana, al barrio se le llamó San Francisco Teocaltepiton, pero poco a poco mutó a Tepito.
Sin embargo, Armando Ramírez, cronista de Tepito, habla sobre un origen mucho más curioso. Él contaba que el nombre había nacido de la expresión "te pito", que usaban los policías que tenían que hacer guardias nocturnas en el Barrio Bravo.
Lo que narra Ramírez, es que antes de entrar a trabajar, los policías a los que les tocaba guardia se ponían de acuerdo para comunicarse entre sí por si tenían dificultades. "Si hay problemas, te pito", se decían unos a otros, por lo que el nombre se le quedó al barrio. Una leyenda urbana que gusta mucho de ser contada por sus habitantes.
Mencionamos a Ramírez y a Cecilio Agustín Robledo como cronistas y filólogos estudiosos de Tepito, sin embargo los historiadores Antonio Caso y R.H. Barlow, también le entran "al quite". Ambos realizaron un trazado de los antiguos barrios gobernados por el señorío Tlatelolco y se dieron cuenta que entre el Templo Mayor y la zona comercial de Tlate, había un caserío conocido como Mecamalinco.
Ahí, cuentan, se ponía un pequeño tianguis, modesto, cuyos puestos tenían la fama de vender mercancías robadas, sobre todo ropa y herramientas, además de comida, sin embargo, al inicio sólo se hablaba de rumores. Mecamalinco, fue uno de los últimos barrios mexicas en someterse a los españoles, no se dejaban.
Las crónicas españolas indican que hicieron creer que los habitantes de Mecamalinco fueron los que entregaron a Cuauhtémoc, el último emperador de los mexicas. Ya en la colonia, teniendo el centro reservado para los españoles, los indígenas tuvieron que desplazarse a las periferias. Si bien llegaron a Mecamalinco artesanos y agricultores, también llegaron ladrones y personas que vivían fuera de la ley. Aún con eso, todos juntos edificaron lo que hoy conocemos como Tepito, que aunque sí es bravo, está lleno también de gente trabajadora que cuida a los suyos como jamás nadie los cuidó.
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