Violencia, ansiedad social y sexismo, las revelaciones de Britney Spears
- Por Redacción
La Princesa del Pop, Britney Spears, revela en su libro de memorias La mujer que soy (Plaza & Janés/Penguin Random House, 2023), la violencia económica y psicológica que vivió por parte de su padre, la ansiedad social que comenzó a padecer después de que constantemente fuera señalada como “la mala” de la relación que tuvo con Justin Timberlake, la depresión posparto que padeció cuando tuvo a su primer hijo y el acoso de los paparazzis que ha vivido durante décadas, además del sexismo que hay en la industria del espectáculo.
En la publicación, que se ha convertido en todo un fenómeno al alcanzar más de un millón de ejemplares vendidos en su primera semana de lanzamiento, la cantante de “Toxic” narra cómo desde el inicio de su carrera y hasta ahora ha recibido comentarios sobre su cuerpo: preguntas sobre si se había operado los senos o que durante el tiempo en que su papá Jamie Spears tuvo su tutela la sometía a estrictas dietas.
“Todos hacían comentarios extraños sobre mis pechos, querían saber si me había sometido a una cirugía estética… Nadie parecía capaz de verme como una persona sexy y a la vez capaz, con talento y a la vez con buen cuerpo. Era como si pensaran que por ser sexy tenía que ser estúpida”, comenta la intérprete sobre el trato que le dio la prensa a inicios de su carrera.
De su padre, Britney cuenta que la violentaba psicológicamente diciéndole siempre que “estaba gorda”.
“Me obligó a seguir una dieta estricta… Someterse a una dieta estricta por voluntad propia ya es lo bastante duro. Pero cuando alguien te priva de la comida que quieres es mucho peor. Sentía que mi cuerpo ya no me pertenecía”, comparte la artista quien recientemente anunció que compuso la canción “Hate you to like me”.
En el libro, la intérprete de “Gimme More” da a conocer con detalle cómo la trató su papá durante los 13 años que estuvo bajo su tutela: cómo controlaba sus salidas, las veces que la internaron en clínicas para adicciones, las restricciones creativas que le imponían, entre éstas, por ejemplo, no poder decidir cambios en los shows que ofreció durante la residencia que hizo en Las Vegas, las vacaciones que le acortaban, pese a haber tenido giras extenuantes; salir con amigos sin vigilancia o no poder gastar parte del dinero que generaba su carrera artística.
“Todos parecían creer que mi cuerpo era propiedad pública. Estaba bajo estricta vigilancia por las calorías que ingería para que los demás pudieran seguir enriqueciéndose a costa de mi cuerpo…. Me daban una paga de unos dos mil dólares a la semana. Si quería comprarme unas zapatillas que mis cuidadores consideraban que no necesitaba, no podía hacerlo. Y esto a pesar de dar doscientos cuarenta y ocho conciertos y vender más de novecientas mil entradas en Las Vegas”, escribe Britney, quien afirma que en esa época la tutela le “aplastó el alma”, pues estaba tan hipervigilada que había un micrófono oculto en su propia casa.
En varios capítulos del libro, Britney se detiene a cuestionar o narrar el comportamiento de los medios de comunicación y de la industria del espectáculo, entre éstos ese recordado momento en el que entra a una estética y decide raparse, en una época en la que era asediada por cientos de paparazzis que estaban todos los días tras su pista mientras ella lidiaba con no poder ver a sus hijos tras divorciarse. Además rememora cuando Diane Sawyer la hizo llorar en televisión nacional después de forzarla a escuchar a gente criticando su atuendo.
“Raparme la cabeza y portarme mal fue una manera de responder ante todo aquello… A todo el mundo le pareció divertidísimo… Pero nadie entendía que me había desquiciado por la pena. Me habían quitado a mis hijos”.
La artista reclama que “Hollywood siempre ha sido más permisivo con los hombres que con las mujeres… La industria musical está creada para los hombres”. Critica que mientras a los rockeros se les permite llegar tarde a las galas de los premios y a los cantantes pop acostarse con muchas mujeres sin ser señalados, a ella incluso le han cuestionado si es o no “buena madre”.
“Tenía la sensación de que la gente sólo quería hablar de una cosa: de si era o no una buena madre. Y no de cómo había conseguido producir un álbum (Blackout) tan potente mientras sostenía a dos bebés en las caderas y era seguida por docenas de hombres peligrosos (refiriéndose a los paparazzis)”.
Britney no es la única artista que ha cuestionado la manera en que la industria es con las mujeres, en su momento Madonna lo ha hecho, incluso ahora que se ha embarcado en su nueva gira Celebration en algunas esferas le han dicho que se retire, lo cual no ocurre con ídolos como Mick Jagger, líder de los Rolling Stones; Taylor Swift por su parte en “The Man” ha denunciado el machismo que ha vivido en su carrera.
Después de este revelador libro, Britney Spears ha anunciado que ya prepara una segunda parte, donde se espera que relate el tiempo que vivió con su exesposo Sam Asghari.
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