The Marvels, otra rutinaria película de superhéroes
- Por Redacción
No hay duda de que en The Marvels la química entre las protagonistas funciona. La combinación de la sensatez y sentido práctico de la astronauta Monica Rambeau, con el candoroso entusiasmo y el fanatismo que la adolescente Ms. Marvel profesa hacia la todopoderosa Capitana Marvel, incluso es capaz de diluir la displicencia que hiciera bastante antipática a ésta última en sus anteriores aventuras.
Es de dicho aspecto que, con una trama cuyo punto de partida consiste en una anomalía en el espacio, la directora y guionista Nia DaCosta saca aprovecho para desarrollar momentos espectaculares y divertidos, pese a recurrir a clichés humorísticos, como el de la búsqueda de nombre clave para uno de los personajes. A veces estira demasiado las convenciones hasta romper sus propias reglas afectando la verosimilitud de la ficción.
La anomalía en el espacio que plantea entrelaza los poderes llevando a las protagonistas a unirse en contra de una amenaza mayor y de paso resolver medianamente conflictos personales, porque todo entre ellas se arregla a la primera.
Pero eso es lo único que se puede rescatar de una propuesta genérica a más no poder, donde la travesía las lleva a planetas con los cuales nunca se dan el tiempo de generar la empatía suficiente para que al espectador le importe la tragedia que se cierne sobre ellos, o que simplemente se convierten en el pretexto para el chiste, uno de ellos además cantado.
Debido a lo anterior, los hechos que incluyen apagar soles y robar los recursos de distintos mundos, lucen más transitorios que trascendentes, imperdonable para una película que renuncia por completo a una identidad propia en favor de validarse con su dependencia de las conexiones del universo al que pertenece.
A esto hay que agregar que ante las grandes disyuntivas de la historia se dan muchas cosas por entendido o resultan demasiado convenientes, como la forma de reparar el daño en los puntos de salto, resarcir el error que dio origen a todo el asunto, o aquello que redunda en una desangelada secuencia con felinos involucrados y pretensiones fallidas de emular el tono de humor propio del filme Guardianes de la Galaxia.
Y bueno, que decir de Nick Fury, quien aquí ofrece una de sus peores versiones. El otrora superagente no es más que un holgazán que no toma acción, no da soluciones y sólo las exige, lo más que hace es acariciar un gato y sin razón lógica llevar a la familia de una de las protagonistas a su estación. Claro, se supone que esto tendría que ser otro elemento gracioso, pero no lo es.
Con la apenas entretenida The Marvels de Nia DaCosta, el Universo Cinematográfico de Marvel sigue dando tumbos en su intento de reinicio, al grado que sus dos secuencias poscréditos, que en otros tiempos hubieran sido suficientes para elevar la emoción al máximo, hoy se quedan en lo rutinario. La cinta llegó ayer a los cines de México.
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