Espectáculos

Shogun, un reencuentro seductor con Japón

Este audiovisual es un nuevo acercamiento a la novela homónima de James Clavell, publicada en 1975; va más allá de la clásica historia sobre el extranjero que irrumpe en un mundo nuevo
  • Por Redacción

La cámara adentrándose en la bruma como una metáfora de la incertidumbre y transición entre las secuencias, con elocuentes contrapicadas y elegantes desplazamientos aéreos que lucen la magnificencia del Japón feudalista del siglo XVII, aquí rinde tributo a la solemnidad permitiéndose además trastocar la perspectiva como una forma de ilustrar los puntos de inflexión en el encuentro cultural.

Es así que este nuevo acercamiento a la novela Shogun de James Clavell, publicada en 1975, desde un principio seduce y se posiciona como una adaptación consciente de que contrario a lo que indica la revisión simple de su sinopsis, se trata de algo más que la clásica historia sobre el extranjero que irrumpe en un mundo nuevo y se sublima para vestirse de gloria.

Y es que el que en este caso es un piloto de origen inglés cuyo navío arriba a costas orientales en un momento donde los líderes al frente del gobierno están al borde de la guerra, no se plantea sólo como la génesis del invasor redimido, si no que éste funciona como la variable y el detonador de líneas argumentales que van por encima de su protagonismo dentro de un escenario con Portugal y España repartiéndose el mundo, en el que por supuesto se involucra la religión católica y sus siempre presentes intereses económicos, las cuales materializan los parajes de tragedia e infamia sobre los que transita el honor, apuntando disertaciones sobre la lealtad y la muerte.

Del mismo modo la confrontación de los conceptos de salvaje y civilización es una constante que empuja a inteligentes cuestionamientos, mientras lo truculento de las acciones de los personajes se conjugan sobrias con lo matizado de sus motivaciones para que incluso los que parecieran encaminarse a un tratamiento arquetípico y se perfilen con la vileza, logren una empatía inevitable con el espectador.

Es innegable que estamos ante una producción que más allá de que muchos puedan colgarle la etiqueta de ser una posible continuadora del legado de series apasionantes como Game of thrones, tiene como mayor virtud el validar su existencia como adaptación tras aquella realizada en 1980 y que tuvo en su elenco al mismísimo Toshirō Mifune, con un nuevo enfoque y una manufactura que saca provecho de las posibilidades de estilización actuales sin nunca perder de vista el sentido dramático ni descuidar el discurso sobre el que se sustenta. Se estrena con dos episodios en Star+ y Disney+, y cada semana llegará uno nuevo.

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