Recursos Humanos refleja la toxicidad godín y la lucha por el poder
- Por Redacción
El director mexicano Jesús Magaña, después de las adaptaciones de Abolición de la propiedad privada, de José Agustín; y El alien agropecuario, de Carlos Velázquez, volvió a echar mano de la literatura con Recursos humanos, de Antonio Ortuño, para llevar esta ácida crítica a la pantalla grande. Ésta muestra los ambientes hostiles que se generan en las oficinas de trabajo y las relaciones de poder.
El largometraje homónimo, luego de haber llegado a las pantallas de cine el año pasado y de continuar en cartelera en Argentina, donde se rodó, este mes se incorporó al catálogo de Amazon Prime, que considera como la última casa del filme. En entrevista con La Razón, Jesús Magaña comparte desde cómo concibió el filme, hasta las inmensas posibilidades que ve en la literatura mexicana para hermanarla con el cine a través de adaptaciones cinematográficas.
En la película Recursos Humanos se cuenta la historia de Gabriel (Pedro de Tavira), supervisor de la división de impresiones, quien solicitó ascender al puesto de gerente, pero cuyo propósito se ve frustrado cuando en ese lugar contratan a Constantino (Giuseppe Gamba), un júnior sin ningún mérito más que ser hijo de alguien importante dentro de la empresa. Este hecho desatará un hambre de venganza del personaje principal.
¿Cuáles fueron los principales desafíos de la adaptación, tomando en cuenta todas las atmósferas que presenta Antonio Ortuño? El reto siempre es conseguir el presupuesto, porque lo otro por muy laborioso se disfruta, le dediqué muchísimo tiempo de mi vida a Recursos humanos, desde el primer tratamiento de guion hasta el estreno en Morelia, se fueron 10 años. Esta búsqueda de presupuesto hizo que acabáramos en Argentina, para hacerla lo más cercana a nuestros deseos, lo demás fue placentero.
Hubo 30 tratamientos en el guion, finalmente Antonio se unió en el último, reescribió algunos de sus personajes, algunas líneas, seguramente ya me lo confesó, que en el tratamiento número 14 no le estaba gustando el resultado, luego sí, no sé si le caí bien por perseverante, pero ha sido un viaje muy divertido, placentero y aleccionador.
¿Qué le llamó la atención de Gabriel, este personaje que resulta ser casi un antihéroe? Me enamoré del personaje de Gabriel, me parecía un antihéroe fascinante en este mundo godinezco, esa voz tan resentida y mordaz que está en el libro, intentamos remitirla en pantalla.
Me gustaba mucho, quizá porque se atrevía a hacer lo que la mayoría no nos atrevemos, no aceptar su destino y tomar por asalto lo que cree que le pertenece, creo que ahí se diferencia de la gran mayoría de nosotros, aunque no es un modelo a seguir. Por otro lado, era un personaje que me recordaba a películas de las que fui fan en los años 90, como Trainspotting, le pintamos el pelo a Pedro de Tavira y fue como hacerle un homenaje a la película.
Al llevar la historia a la pantalla, ¿cómo resolvió estos momentos en los que Gabriel reflexiona? Tiene un diálogo con los lectores, eso me parece clave en Recursos Humanos, es muy natural que nuestro protagonista voltee y nos hable a cámara, para no perder la esencia, para tener ese diálogo. Yo sí respeto mucho el material original, me parece que es importante, por eso esta convención en mis largometrajes, considero que es mi manera de respetar la esencia de la obra. Me parece que estas reflexiones del personaje las tenemos que sentir en la pantalla o escucharlas de su viva voz como lo hacemos en un libro.
¿Por qué optó por el blanco y negro? El blanco y negro es un gusto personal, me parecía que la paleta de blancos, negros y grises le iba muy bien al mundo de las oficinas. Necesitaba crear un universo particular, porque a nivel producción iba a ser un experimento, es una historia donde incluimos el acento mexicano, pero también el argentino, nunca decimos dónde estamos, en qué oficina, combinamos elementos que tienen que ver con México y Argentina, el blanco y negro nos reforzaba crear este propio universo.
El resultado es muy bonito, siento que el blanco y negro al espectador lo obliga a poner más atención. Es una cualidad particular.
Se plantea la oficina como un lugar hostil, ¿qué otros sitios que nos son cotidianos, le parecen detonadores de este tipo de ambientes? Recursos humanos, a través de esta farsa, además de hacer esta crítica al ambiente laboral, lo que más me gustaba, que ya se esbozaba en el libro, es esta reflexión de la lucha por el poder, se exacerba mucho en los ambientes laborales, pero creo que lo tenemos desde los espacios escolares, los familiares.
Pienso que los humanos somos humanos porque también tenemos una disputa por algo, en la familia, en la escuela, con los amigos, en el trabajo, esto para bien o para mal, es muy de la naturaleza humana. Entonces, creo que esa otra reflexión que queríamos hacer con la película.
Recientemente, hemos visto el anuncio de adaptaciones para series o películas de obras de Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Jorge Ibargüengoitia; incluso algunas cintas ganadoras de los premios Oscar fueron adaptaciones de libros, ¿a qué atribuye que haya este interés por hermanar la literatura y el cine? Celebro que haya más adaptaciones, creo que las series de televisión, ahora que hay una disputa tan ardua por contenidos, encuentran fácil ver libros importantes y destacados para llevarlos a la pantalla, me parece natural. En el cine mexi-cano celebro que empiece a suceder cada vez más, en mi caso lo he hecho tres veces, con José Agustín, Carlos Velázquez y Antonio Ortuño, escritores chingoncísimos, ojalá se vuelva una costumbre, hay muchísimos autores y libros que valen mucho la pena ver sus versiones cinematográficas.
En su caso, le han gustado más los escritores irreverentes… Sí, a José Agustín, Carlos Velázquez y Antonio Ortuño, lo que los liga es este desparpajo, la irreverencia, son transgresores, hay una cosa de rockeros en los tres. Son autores que me gustan mucho.
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