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Muere William Friedkin, el director que atemorizó con El exorcista

El realizador transgredió al incorporar aspectos religiosos y al evitar el efectismo, resalta el crítico Gerardo Gil Ballesteros; destacan en su filmografía también las cintas Vivir y morir en Los Ángeles y The French Connection
  • Por Redacción

Si hay una escena que ha atemorizado por décadas es la de la niña Regan girando la cabeza mientras un religioso trata de sacar el demonio que se ha apoderado de ella en la película El exorcista, que en la década de los años 70 redefinió el cine de horror. Fue el director William Friedkin, quien realizó ese largometraje que fue un parteaguas en el género, por eso ayer su fallecimiento a los 87 años enlutó al mundo.

La noticia de su muerte la dio a conocer su esposa, la también productora Sherry Lansing. De inmediato, cinéfilos y figuras del séptimo arte lo despidieron recordando la manera en que Friedkin modificó el género del horror de manera transgresora, pues en El exorcista contrapuso la religión y la ciencia.

“El exorcista redefine el género del cine de horror, porque de alguna manera ese cine era chocarrero, lo que hace es transgredir el alma del espectador desde aspectos religiosos, culturales y antropológicos. Parte de la novela homónima de William Peter Blatty, pero entiende muy bien que con esta historia puede incluso conmover al público”, comentó a La Razón el crítico de cine Gerardo Gil Ballesteros.

El experto además destacó que la cinta nominada a los Premios Oscar también fue el reflejo de lo que se vivía en Estados Unidos en esa época.

“Llega en los años 70 cuando Estados Unidos está pasando por una cruda moral, de Vietnam, venía de crisis políticas muy fuertes, de consecuencias del Watergate, es un país que difícilmente lo vas a asustar con un cine chocarrero, lo tienes que provocar con algo social”, abundó el especialista.

Friedkin también legó The French Connection, basada en la novela homónima de Robin Moore y una de las cintas más influyentes en la historia del cine. Es un thriller policiaco que incluye una de las persecuciones más emblemáticas del séptimo arte: Jimmy Popeye Doyle cruzando Nueva York mientras trata de atrapar a un delicuente que viaja en el Metro.

Con dicho largometraje se alzó con cinco premios Oscar, entre éstos el de Mejor Película y Dirección.

“The French Connection también es una película que de alguna manera aporta al género, tengo la impresión que es demasiado elegante para lo que era el canon de la industria, es una cinta muy intelectual, bien filmada”, apuntó Gil Ballesteros.

Friedkin también dirigió Vivir y morir en Los Ángeles, otra cinta basada en una novela, en esta ocasión de Gerald Petievich. El filme es protagonizado por Willem Dafoe. Además de The Hunted (2003), estelarizado por Tommy Lee Jones y Benicio del Toro, y Bug (2007), con Ashley Judd y Harry Connick Jr.

El próximo mes de septiembre, en el Festival del Cine de Venecia, se estrenará su última película The Caine Mutiny Court-Martial, que aborda la historia de un oficial naval quien es juzgado por un motín después de tomar el mando de un capitán de barco.

“Friedkin pertenece a una generación de directores que dentro de la industria innovaron, que venían con inquietudes creativas y académicas, no creo que exista un director joven en la actualidad que tenga las inquietudes de realizadores de la generación de William. Ahora vemos personajes que son como hamburguesas de comida rápida”, concluyó Gil Ballesteros.

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