Madre e hijo comparten historia de libertades
- Por Redacción
En Monterrey, Nuevo León
A los pocos días de la muerte de su padre, la madre del director de Mi pecho está lleno de centellas viajó a Turquía para encontrarse con el hombre con quien había mantenido una relación vía Facebook; debido a la amplia distancia que les separaba comenzaron a comunicarse con videocartas que funcionaron para revelar cómo ella había encontrado libertad por primera vez, mientras el realizador iba descubriendo que quería transicionar de género y cambiar su nombre.
El director Gal S. Castellanos explicó a La Razón que “la película fue otra antes, primero era más la historia de mi mamá, pero ese año decidí transicionar de género, fue hacerme sentir que había algo que tenía que ver con el viaje de mi mamá. Un viaje era parte de otro, nos interesaba mucho provocar una conversación sobre formas de libertades y experiencias”.
Lo anterior, llevó al director a encontrar cierta inspiración para buscar su propia libertad. “La transición también llegó para mí de manera muy repentina, siempre había estado en un espectro no binario, no era algo que tuviera tan claro, siento que ver a mi mamá irse me daba herramientas para buscar otras cosas que hasta ese momento no había encontrado en mí, fue como tener una especie de certeza y valentía mirarme que era un poco lo que mi mamá estaba haciendo”, contó.
Además de ser un relato de autodescubrimiento, este documental, que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Monterrey, funciona para darle cierta visibilidad a la comunidad LGBTQ. “Creo que debemos entender que hay posibilidades y formas de habitar el mundo que no necesariamente tienen que ver con paradigmas tan construidos”, expresó.
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