La historia real detrás de 'El Caso Asunta', la nueva miniserie de Netflix sobre un crímen

El Caso Asunta es la nueva miniserie de Netflix inspirada en una historia real, uno de los crímenes más mediáticos de España en los años recientes. Fue en 2013 cuando fue asesinada Asunta, una niña gallega de 12 años de origen chino,, por el cual sus padres adoptivos, Rosario Porto y Alfonso Basterra, fueron condenados.

Es el crímen y la investigación detrás del caso de Asunta Basterra la base de la miniserie de Netflix que relata sobre los hechos detrás de la tragedia paso por paso. Te contamos la historia detrás de la ficción del servicio de streaming que ha provocado indignación y furor en el público.

La serie se estrenó este viernes 26 de abril en Netflix.

El caso Asunta, conocido como "Operación Nenúfar", comenzó el 21 de septiembre de 2013, cuando los padres denunciaron la desaparición de la menor. Fue tres horas después de la denuncia que se dio con el cuerpo de la menor, la autopsia descartó que la víctima sufriera una agresión sexual pero reveló que habría sido asfixiada.

La Policía detuvo como sospechosa a su madre adoptiva el 24 de septiembre en Santiago de Compostela a raíz de incongruencias en sus declaraciones ante la Guardia Civil, según se desprende de la posterior sentencia. Un día después, la Guardia Civil también arrestó al padre adoptivo, por el presunto delito de homicidio, en base a "nuevas pruebas contra él".

Se mencionó que Asunta sufrió de malos tratos por parte de sus padres adoptivos antes de su muerte, puesto que una maestra de la pequeña mencionó que la niña le mencionó como sus padres le hacían consumir un polvo blanco que la dejó inconsciente por días.

El 19 de junio dle 2014, la Fiscalía pidió 18 años de prisión a los padres de Asunta, al acusarlos como responsables bajo el concepto de coautores de asesinato previsto bajo la agravante de parentesco. Si bien Porto y Basterra se declararon inocentes ante el juez y sus abogados solicitaron la absolución, declararon culpables a los padres por el asesinato de su hija adoptiva.

Basterra continúa preso en la cárcel de Teixeiro, mientras que Porto puso fin a su vida tras varios intentos en 2020, en la prisión de Brieva, Ávila.