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James Bond, 60 años de seducción y aventuras

El personaje se ha adaptado a las convenciones morales de cada época, coinciden críticos de cine; “es un tipo que hace lo que muchos quisieran hacer”, destaca Antonio Valdés Peña
  • Por Redacción

Hace 60 años se estrenó Dr. No, la cinta que introdujo a la pantalla grande a uno de los personajes más famosos e influyentes del séptimo arte, quien estableció un parámetro en el género del cine de acción y transformó la industria convirtiéndose en la saga de películas más larga de la historia: Bond… James Bond, el agente secreto con licencia para matar que trabaja para el servicio de inteligencia británico y quien es conocido por portar elegantes trajes, seducir a hermosas mujeres y conducir autos lujosos.

El famoso espía, creado por el escritor británico Ian Fleming, se ha consolidado como uno de los personajes más relevantes de la historia, ya que durante seis décadas ha logrado permanecer como uno de los pilares de la industria fílmica. Para Gerardo Gil Ballesteros, periodista y crítico de cine, Bond es el papel más relevante en términos de franquicia, pues fue el precursor de las sagas que actualmente abundan en la industria, además de estar presente en el imaginario colectivo, posicionándose como el icono por excelencia del agente encubierto: “No sólo es la película, sino que el personaje se convierte en un icono de los productos derivados y eso es muy importante; es un personaje a nivel arquetipo”, explicó en entrevista para La Razón.

“Umberto Eco dice en su libro Confesiones de un joven novelista que hay personajes que rebasan el ámbito del entretenimiento, incluso de la parte pop, para formar parte de la cultura global. Al final, Bond crea comportamientos y aspiraciones dentro de una muy buena parte de la gente”, apuntó Gil Ballesteros.

Asimismo, el académico y crítico de cine José Antonio Valdés Peña detalló que los elementos que componen la personalidad de Bond fueron fundamentales para la aceptación que recibió el personaje por parte de la audiencia, pues lo convirtieron en un símbolo de la masculinidad.

“Es un tipo que hace lo que muchos quisieran hacer: ser un hombre atractivo, ser un hombre que visita lugares exóticos, que seduce a todas las mujeres, aunque se ponga en riesgo, que tiene un automóvil Aston Martin sensacional y que viste de una manera estupenda”, dijo a este diario.

Rafael Aviña, reconocido investigador y crítico de cine, detalló, en entrevista para La Razón, el efecto que causaba en el espectador el poder de seducción y la habilidad de improvisación del personaje de Fleming: “Esta idea de que fuera un hombre cínico, mujeriego, atleta, experto en todo tipo de disciplinas de lucha y que además fuera catador de vinos y agente secreto, era un escape para todos los adolescentes, pero sobre todo para los adultos. Era el personaje con el que podían soñar muchos de los hombres en los años sesenta. Era entablar batallas en cielo, mar, tierra y en la cama, y además en nombre de su majestad británica”.

Aviña reconoció que, con el tiempo, la personalidad de Bond ha evolucionado para acoplarse a las convenciones morales de la época, pues en las novelas, el personaje era descrito como un tipo duro e incluso misógino.

Gil Ballesteros apuntó que, en el cine, el agente 007 ha cambiado por la corrección política que impera en la actualidad: “En las primeras novelas aparece como un policía, luego se convierte en el agente internacional; y se describe a un sujeto con tintes racistas y que es muy macho, pero no porque Ian Fleming lo fuera, sino porque así construyó al personaje”.

Aviña aseguró que las obras obedecen a un contexto histórico cultural que refleja las problemáticas sociales de una época: “Yo creo que todas las películas funcionaron bien para sus contextos, desde las cintas de Sean Connery, hasta las de Daniel Craig.

“En los años 80, durante las películas de Timothy Dalton, no existía la corrección política como la conocemos ahora, pero se cambió la parte de la promiscuidad del personaje. En las anteriores cintas de Bond había evidencia de que se acostaba con cuatro o cinco chicas a lo largo del filme, pero para cuando llegamos con Dalton eso ya no pasó, porque en el mundo real se hablaba del sida, se decía que la promiscuidad podía orillar a eso”, apuntó Aviña.

Para José Antonio Valdés Peña, la versión más reciente de Bond, encarnada por Daniel Craig, es una interpretación más mesurada del agente, en la que se nota que el personaje pasó por la lupa de la corrección política. Asimismo, comentó que esta versión devuelve al personaje a sus orígenes en otros sentidos: “James Bond es un asesino, es un tipo que mata a sangre fría, es alguien que está alcoholizado la mayor parte del tiempo, entonces creo que Daniel Craig le devuelve eso, una fuerza física que no se veía desde la época de Sean Connery”.

James Bond se ha adaptado a los parámetros morales de la época y ha estado a la altura de las tendencias cinematográficas en cada momento de la historia, lo que la ha vuelto un clásico del séptimo arte, una franquicia rentable para la industria y la saga de películas más larga hasta ahora: “Llevamos 60 años con un personaje que sigue vigente, que aunque venga la corrección política, y lo que tenga que venir, finalmente existe en la memoria colectiva. Ha pasado por tantas generaciones que estamos hablando de un personaje único en la historia del cine”, concluyó José Antonio Valdés.

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