Hombres de Matamoros crean danza para resistir a la violencia
- Por Redacción
Enfrentamientos entre civiles y marinos, narcobloqueos y el reciente secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros han acaparado las noticias en los últimos meses. Justo ahí, en la ciudad fronteriza del estado de Tamaulipas considerada por InSight Crime “un epicentro para el crimen organizado y la violencia”, un grupo de hombres ideó una potente danza a través de la cual resisten a la realidad de los rodea.
La forma de vida de estos hombres, sus miedos, la violencia que los atraviesa, sus anhelos y cómo crearon esos movimientos con los que hacen catarsis son retratados por la bailarina y coreógrafa Leonor Maldonado en el documental M20: Matamoros Ejido 20.
“Creo que la violencia que viven estos hombres tiene muchas capas, es una violencia que tiene que ver con la frontera de México y Estados Unidos, donde hay racismo y clasismo, luego está la violencia del crimen organizado, además de las violencias patriarcales en las que ellos están inmersos. La danza abre un tiempo y espacio para ellos, en un lugar donde no existe un espacio para estos hombres más allá de lo que dictan las maquilas, el cártel y la frontera. Me parece que es un acto de resistencia el que generan con esta danza, abren un espacio para ser quienes ellos quieren ser”, compartió a La Razón Maldonado, quien con esta ópera prima será la encargada de inaugurar la gira de documentales Ambulante, hoy en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
La documentalista vio por primera vez la danza a través de un video, desde el primer momento se sintió atrapada por esos movimientos y por conocer qué ocurría con estos hombres que crearon movimientos con tanta fuerza.
“Cuando vi la danza primero me jaló mucho las entrañas, sentí una emoción muy profunda en el cuerpo e inmediatamente pensé ‘qué le pasa a estos hombres para implementar una manera específica de moverse, para crear un arte tan particular’. Es una danza alimentada por sus historias, eso lo puedo ver porque soy bailarina y coreógrafa, eso tal vez un cineasta no lo podría percibir, vería solamente cuerpos moviéndose chingón, fue una de las razones por las que decidí hacer este documental”, contó Maldonado, quien durante tres años se embarcó en este proyecto que no estuvo exento de peligros, en el rodaje les tocaron balaceras.
La primera vez que los vio ensayar en el ejido volvió a estremecerse y hasta hoy que los ha observado miles de veces bailar sigue teniendo esa misma sensación.
“En Matamoros hay muchas danzas de matachines, danzas folclóricas que bailan en las iglesias, es la primera entrada para ellos, el referente que tenían, pero Rodrigo de la Torre, el protagonista y quien inicia la danza, es un artista que se hizo solo, desarrolló procesos de investigación corporales, juntó a su grupo de amigos y vecinos y les dijo ‘por qué no hacemos una danza a partir de lo que nuestro cuerpo nos pide,’ porque les parecía que las otras danzas eran muy suaves y aburridas, ellos son hombres con una testosterona impresionante, de barrio, hay una relación directa de cómo la intensidad de sus vidas se refleja en esta danza”, resaltó la realizadora.
Maldonado dijo que a través de esta danza también han roto con estereotipos patriarcales. “Se han convertido en una familia, se apoyan de maneras que normalmente los hombres no se apoyan, se atreven a llorar juntos, a abrazarse, se acompañan en sus problemas de una manera mucho más amorosa de la que normalmente lo hacen”, abundó.
Expresó que en un ambiente en el que sus únicas opciones son trabajar para el crimen organizado, para una maquila o migrar hacia Estados Unidos, con esta danza resisten y abren nuevas posibilidades de vida. El público que asista a la inauguración de Ambulante después de la función podrá admirar en vivo esta danza que a estos hombres les ha dado todo.
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