Espectáculos

Alan Estrada cuenta travesía por el Titanic

El vlogger confiesa que le fascinó la experiencia, pero hace falta perfeccionar este tipo de expediciones para turistas; defiende estos viajes
  • Por Redacción

El actor y vlogger de viajes Alan Estrada, después de haber sido uno de los dos primeros mexicanos en hacer una expedición para ver los restos del Titanic, señala que por lo menos en los siguientes años no repetiría la experiencia, ya que espera a que las compañías que ofrezcan este tipo de turismo brinden mejores atenciones. La misión en la que se aventuró fue con un sumergible experimental.

La travesía de Estrada comenzó en junio de 2021 cuando hizo su primer intento por descender tres mil 800 metros bajo el mar para conocer los vestigios de la embarcación que ha sido motivo de películas; sin embargo, no lo logró.

Fue hasta el pasado 3 de julio que logró bajar los casi cuatro mil metros de profundidad, junto con otros viajeros, para admirar las entrañas del Titanic: ver los cuarteles de la cubierta, la junta de expansión, el puente de mando y la famosa proa, que en el filme protagonizado por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet es recordada por la escena donde Rose sube a ésta mientras Jack la sujeta de la cintura.

La expedición duró 12 horas, de las cuales, cuatro fueron para salir de la plataforma, dos para tocar el fondo marino, hora y media para hallar los vestigios del barco y hora y media más para recorrer y observar la nave, además de dos horas y media para volver. En el pequeño sumergible iba un piloto, un copiloto y tres turistas, incluido el creador Estrada.

“No tengo claustrofobia. No hubo nada que controlar, iba mentalizado, por supuesto que tenía miedo, estaba consciente que estábamos haciendo una actividad riesgosa, porque uno de los riesgos es quedarte atorado, teníamos miedo, pero todo salió bien”, compartió ayer en conferencia de prensa virtual el creador de Alan por el mundo.

Si bien para el director y dramaturgo de la obra Siete veces adiós fue una experiencia inolvidable, confesó que no la repetiría por ahora porque aún falta perfeccionar este tipo de turismo de lujo, que tiene un costo de 250 mil dólares, más de cinco millones de pesos.

“Si vale la pena o no es decisión de cada quien. Ahora que cuesta más me esperaría a un par de años a que la empresa (OceanGate) perfeccione el servicio al cliente, que la experiencia mejore, aún hay mucho por trabajar”, indicó.

Una de las cosas que no le agradó fue la poca información que se les daba en ciertos momentos, que le prometieron que contaría con la grabación total de los restos, la cual no le proporcionaron finalmente, sólo algunos clips.

Ahora que hizo esta expedición submarina confesó que sí le gustaría ir al espacio, pero no le importaría ser de los primeros, sino que haya mejores condiciones para que un turista pueda hacer este tipo de expediciones.

Acerca de la controversia que pudiera generar este tipo de viajes para turistas, al ser vestigios de interés para investigadores y expertos, dijo que estaba a favor.

“Está catalogado como restos arqueológicos, no estoy en contra de visitar estos lugares, no podríamos ir a ninguna de las zonas arqueológicas del país. Sí, estas inmersiones son controversiales, porque creen que las visitas puedan dañar los restos”, defendió.

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