Espectáculos

"Vamos a tirar la Cineteca por la ventana"

Alejandro Pelayo, director del recinto, cuenta a La Razón que publicarán un libro de aniversario; han restaurado 150 títulos, detalla
  • Por Redacción

Ir a la Cineteca Nacional, ver una película y después comentarla en uno de los cafés con amigos, tomar uno de los diplomados o seminarios que se ofrecen o beber un trago antes de una retrospectiva, se han convertido en actividades culturales y recreativas de uno de los más importantes recintos que hoy cumple 50 años de preservar la memoria fílmica.

En entrevista con La Razón, Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, quien ha estado vinculado a la institución desde su inicio en diferentes etapas, primero como jefe de Programación entre 1979 y 1980 y como director en dos ocasiones, de 1997 a 1999 y de 2013 a la fecha, comparte desde las labores de restauración de películas hasta los nuevos retos.

¿Cuántas películas tiene en su acervo la cineteca? Unos 25 mil títulos en 35 o 16 milímetros, y hay una cantidad importante de películas en video y mucho material gráfico, pósters, promocionales, fotos de las cintas.

¿Cómo surge el Laboratorio de Restauración y Digitalización de la Cineteca Nacional? Antes de la remodelación de 2012 existían las bodegas, que tienen el material fílmico que se hacía. Esas cintas de nitrato que generaron el accidente de la primera Cineteca no están aquí, están en un espacio especial de la Filmoteca de la UNAM, donde nos alquilan la bodega. En 2012 es cuando empiezan a adquirir equipo para conservación: cámaras especializadas Arriflex, programas especiales para restauración; es muy costoso y se instala ese laboratorio y, efectivamente, en Latinoamérica no hay otro como éste. Hemos hecho convenios con cinetecas de Latinoamérica donde mandan personal para que vean cómo funciona.

¿Cuántos largometrajes han restaurado? Nos hemos concentrado en las películas más relevantes en términos culturales, históricos y artísticos del cine mexicano. Llevamos cerca de 150 títulos en diferentes grados de restauración, unos al cien. Es un trabajo muy laborioso. Por ejemplo, se rescató El automóvil gris y fue un proceso de más de dos años, porque era de 1919. Es un proceso permanente, pero es muy lento porque es muy caro. Una película que está más o menos en buenas condiciones te lleva de 4 a 5 meses. Hicimos curadurías de las cintas más importantes del cine mexicano: El lugar sin límites, de Arturo Ripstein; El rincón de las vírgenes, de Alberto Isaac. Filmes como Enamorada, Distinto amanecer, de la época de oro que son de Televisa, con un convenio con la Fundación Televisa y otras son del Imcine, filmes de cine independiente de los años 80, que ahí sí el dueño de la película es su director, como Amor a la vuelta de la esquina, de Alberto Cortés.

Con lo caro que sale la restauración, ¿cómo le han hecho, tomando en cuenta que el presupuesto ha ido en descenso? Lo hacemos con los recursos propios. Desde que yo recuerdo no ha aumentado el presupuesto, está entre 40 y 50 millones de pesos. El presupuesto de recursos federales se va fundamentalmente al pago de la plantilla laboral, pero todo lo demás lo generamos porque somos un fideicomiso que permite cobrar sus servicios a la Cineteca y lo que se genera se queda aquí y se aplica. En 2019, que es cuando llegamos a un millón 300 mil personas, tuvimos un ingreso propio de 105 millones de pesos. El año pasado casi llegamos a los 100 millones otra vez, ha ido poco a poquito.

Las ofertas de contenido por streaming ha afectado a la cineteca? Sí afecta, la pandemia, aparte de que nos rompió esa dinámica que había de crecimiento, porque la cineteca estuvo cerrada casi un año y seguíamos pagando a su personal, hizo que se quemaran las reservas de la Cineteca. Lo que nos enseñó la pandemia es que había otras formas de acceder a material cinematográfico que nos interesaba, pero hay un público que prefiere ver las películas en pantalla grande. Tan es así que teníamos la película Napoleón al mismo tiempo que en plataformas y seguía viniendo la gente. Ahora tenemos Tótem con una asistencia muy importante.

¿Cuál es el momento que recuerde con más emoción? Se dice que cuando se estrenó El último tango en París hubo portazo… Sí, eso fue maravilloso, fue en la primera Cineteca. Con La Naranja mecánica hubo portazo, no habían llegado a México ninguna de las dos. También fue la reinauguración de esta sede; hubo un congreso de la Federación de Archivos Fílmicos el año pasado que organizó la Filmoteca de la UNAM y aquí se hizo la clausura, vinieron de todos los archivos, dijeron “qué es esto, parece país del primer mundo”.

Con el aniversario vamos a tener de Luchino Visconti, a Akira Kurosawa, cada mes un nuevo ciclo; quiero abrir esta vocación de la Cineteca como cineclub, hacer pequeñitos ciclos de corrientes y que la presenten, mucho intercambio con el público, también va a salir un libro de los 50 años en un par de meses, vamos a tirar la Cineteca por la ventana.

¿La sede de Chapultepec va a tener la misma programación que la casa matriz? Sí, porque estás cubriendo un público que no viene a esta Cineteca.

¿Han considerado abrir una cineteca al norte de la ciudad? Sería ideal. Ahí en Lindavista, antes de la salida a Indios Verdes estaría ideal tener otra, pero eso sí ya será en otra administración, lo veo imposible en este año. Esta ciudad es tan grande que merece cuando menos cuatro cinetecas, seguir cubriendo los espacios.

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