“Un recuerdo para ellos de gloria”, el libro con el que Antonio Rosique rinde homenaje a 17 medallistas olímpicos mexicanos
- Por Redacción
“Un recuerdo para ellos de gloria” es el nombre del nuevo libre del experimentado periodista Antonio Rosique, quien en esta entrega compila las crónicas de 17 medallistas olímpicos mexicanos.
Testimonios de deportistas históricos como Felipe Muñoz, María del Rosario Espinoza, Jesús Corona, Ernesto Canto y Soraya Jiménez (estos últimos dos ya fallecidos) forman parte del trabajo que al conductor de TV Azteca le costó alrededor de 15 años terminar.
“Son crónicas de 17 medallistas olímpicos mexicanos, justo el día que ganaron su medalla, cómo se levantaron, cómo vivieron la rutina de ese día crucial en sus vidas, con quiénes platicaron, qué desayunaron, cómo se fueron al estadio, cómo plantearon la competencia, qué fue pasando a lo largo de la misma hasta que llegan al podio olímpico y consuman la gran hazaña de sus vidas”, comentó Antonio Rosique en exclusiva con La Razón.
El reconocido comunicador, quien se autodenomina como un enamorado de los Juegos Olímpicos, resaltó que la idea de escribir este libro surgió por su inquietud por saber cómo encara el día más importante de su vida un deportista mexicano.
“Yo he sido siempre un enamorado de los Juegos Olímpicos y un gran admirador de nuestros medallistas, de la historia olímpica de México. Yo siempre me pregunté cómo el mexicano encaraba el día fundamental de su carrera deportiva, que es el día que sales a buscar una medalla y que se presenta una vez en la vida, tal vez dos para los que son muy afortunados, tres para los que han ido en múltiples ocasiones como María del Rosario Espinoza, pero nunca sabes si vas a poder ganar una medalla”, enfatizó Rosique Cedillo.
Con varios Mundiales de futbol y Juegos Olímpicos cubiertos desde su ingreso a TV Azteca en 1996, Toño Rosique considera que el olimpismo nacional necesitaba un libro como “Un recuerdo para ellos de gloria”, a pesar de que había escrito dos relacionados con el tema.
“Creo que le hacía falta al olimpismo mexicano un libro así. Yo había escrito dos libros titulados “El día de mi vida” tanto en el 2008 como en el 2012, en el que recogía 20 testimonios, ahora acá tengo otros 17, pero era un libro mucho más modesto, en blanco y negro, en pasta delgada y ahora gracias al apoyo de Banco Azteca es un libro fino, de colección y le da otro realce”, subrayó.
Antonio Rosique recuerda que hace aproximadamente 10 años lo buscó el papá de los pantatletas Ismael y Emiliano Hernández para pedirle que le mandara sus libros para que los leyeran sus hijos.
“Nunca sabes en manos de quién va a caer un libro, hace unos años, por el 2014 o 2015 me escribió un señor apellidado Hernández y me dijo ‘Oye, me podrías mandar tus libros, porque mis hijos son deportistas y creo que les van a servir’ y se los mandé sin saber quién era y me entero que era el papá de Ismael y Emiliano, Ismael leyó los libros antes de Río y dijo que le sirvieron como parte de su preparación mental, motivación y después también los leyó Emiliano. Esa es la parte padre cuando vas cerrando el círculo y dices ‘a alguien le sirvió’”, recordó.
Uno de los momentos que más recuerdan los aficionados mexicanos es el oro conseguido por el taekwondoín Guillermo Pérez en Beijing 2008, hazaña que en TV Azteca fue narrada precisamente por un emocionado y conmovido Antonio Rosique.
“Es uno de mis momentos más importantes, porque me permitió cerrar un círculo. Poder ser parte como narrador de la historia olímpica de mi país es algo maravilloso. Me tocó ver de niño el oro de Ernesto Canto y la plata de Raúl González (en Los Ángeles 1984) y me acuerdo perfecto estar frente a la televisión viendo mi primera medalla de oro”, recuerda el también conductor del Exatlón.
Toño Rosique está convencido de que la consecución de un oro olímpico de un atleta mexicano no puede ser relatada como un acontecimiento cualquiera, pues en promedio pasa una década para que un deportista nacional se suba a lo más alto del podio en el magno evento deportivo, por lo que el periodista tiene que estar a la altura de dicho momento.
“La primera medalla de oro de un mexicano es algo con lo que te quedas. Para mí era muy importante que esa narración (el oro de Memo Pérez en Beijing 2008) no se les olvidara a los niños. Creo que cuando un periodista o comunicador tiene una hazaña de ese tamaño en las manos no la puede desperdiciar, el narrador tiene que estar a la altura del evento que está narrando, no puede serle normal, no le puede ser rutinario, no le puede ser equis. Tienes que estar a la altura de lo que está pasando en ese momento para tu país, no lo puedes narrar como si fuera la Fecha 3 del futbol mexicano. Eso pasa ni siquiera cada cuatro años, pasa cada década y lo tienes que narrar así, esto es como un eclipse”, concluyó el periodista de 49 años.
EVG
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