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Fallece Pete Rose, leyenda de las Grandes Ligas

Líder de imparables de la MLB y un ídolo caído en desgracia y que mermó sus logros históricos y sueños de ingresar al Salón de la Fama por apostar en el deporte que amó
  • Por Redacción

Pete Rose, líder de imparables de la MLB y un ídolo caído en desgracia y que mermó sus logros históricos y sueños de ingresar al Salón de la Fama por apostar en el deporte que amó, falleció a los 83 años.

Stephanie Wheatley, portavoz del Condado Clark de Nevada, confirmó la noticia en nombre del examinador médico. Wheatley dijo que no han determinado las causas de su fallecimiento.

Para los aficionados que crecieron en la década de los sesenta y setenta, no hubo un pelotero más emocionante con el número 14 de los Rojos de Cincinnati, la suprestrella de cabello desgreñado, nariz redonda y brazos musculosos. Cuando empezaba el césped artificial, los juegos divisionales y la agencia libre, Rose tenía un estilo de la vieja escuela.

Elegido en 17 ocasiones al Juego de Estrellas, Rose ganó tres veces la Serie Mundial. Fue MVP de la Liga Nacional en 1973 y MVP de la Serie Mundial dos años después. Tiene el récord de juegos disputados (3-562) y apariciones al plato (15.890) de la MLB, así como el récord de la Liga Nacional de la racha de hits más larga (44). Fue el primer bateador en grandes nóminas con los Rojos que ganaron el campeonato en 1975 y 1976.

Pero ninguno de sus logros se acercó a sus 4.256 hits, batiendo el récord de 4.191 de Ty Cobb y que fue ejemplo de su excelencia sin importar que llegó después. Es tan impresionante, que un pelotero podría sumar 200 hits por temporada por 20 años y aún así quedar corto. Su secreto fue su consistente y longevidad. Disputó 24 temporadas, todas menos seis con los Rojos. Rose tuvo al menos 200 hits en 10 temporadas y más de 180 en cuatro. Su promedio de bateo fue de .303 en su carrera incluso cuando paso de segunda base al jardín y a luego a tercera y primera.

Alcanzó la marca de Cobb el 8 de septiembre de 1985 y lo superó tres días después en Cincinnati. Rose tenía 44 años y era jugador-manager. Rose recibió la bola y lloró en los hombros del coach de primera base y su excompañero Tommy Helms.

Rose recibió incluso una llamada del presidente Ronald Reagan.

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